La presidenta del Consell de Mallorca ha instado a una fórmula mixta entre instituciones, con la participación del Govern y del ayuntamiento de Sóller, para hacer posible en el futuro la adquisición de la Fàbrica Nova con el objetivo de hacer público un equipamiento que ahora mismo es privado y darle un nuevo uso.
Así lo señaló hace unos días en Sóller Catalina Cladera, quien apeló a un acuerdo a tres bandas para materializar la compra de la fábrica, un edificio catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), el cual representa el último vestigio de la industria textil que permanece en pie en Sóller a pesar de su precario estado de conservación.
Cladera reconoció que la adquisición de la Fàbrica Nova es un proyecto «más complicado» que el que se ha materializado recientemente que permitirá hacer pública la Torre Picada. Además de analizar los usos que podrían darse después, la presidenta del Consell apuntó que la adquisición de la fábrica «requiere más presupuesto» que el que ha destinado a la atalaya del Port, ya que además de la adquisición también se debería hacer frente a su recuperación.
Por este motivo, la presidenta del Consell instó a la colaboración de las instituciones públicas, con la implicación tanto del Govern como del Ayuntamiento, para afrontar la adquisición del bien situado en el camino de Cas Jurat que ahora mismo «se encuentra en el cajón de proyectos futuros», señaló Cladera. La presidenta de Mallorca entiende que se trata de un proyecto que debe ser compartido y no solo por el Consell dado los costes que se derivarían tanto de la compraventa como de la posterior rehabilitación para su puesta en servicio como equipamiento público. Catalina Cladera destacó la importancia de este proyecto para «recuperar y poner en valor» el patrimonio que representa la Fàbrica Nova.
La Fàbrica Nova es la última fábrica de tejidos que existe en Sóller. Pese a su mal estado de conservación, recientemente agravado por un incendio que podría haber sido intencionado, tiene un valor patrimonial muy importante por la maquinaria que aloja en su interior. El edificio también acogió a la primera central eléctrica del municipio. Entidades como ARCA vienen reclamando su preservación y transformación en museo textil, proyecto que hasta ahora no ha fructificado.
Torre Picada
Por otra parte, la presidenta de Mallorca se felicitó por la próxima compra de la Torre Picada, de la que el Consell dio el primer paso recientemente habilitando una partida de 1,3 millones de euros para hacer efectiva la su compra. En este sentido aseveró que la adquisición respondía a una «demanda histórica» hecha desde Sóller «desde hacía muchos años» y que existía «el peligro» de que este emblemático lugar «pudiese acabar en manos extranjeras».
Cladera explicó que el Consell y los propietarios entablaron negociaciones y alcanzaron un acuerdo con el que la institución insular abonará, vía remanentes, los 1,3 millones de euros que supondrá la operación. A falta de cerrar los usos futuros que tendrá la Torre Picada, Cladera afirmó que abrirá al público para que pueda ser visitada por la ciudadanía de Mallorca. Manifestó sentirse «contenta» por «la agilidad y la discreción» con las que se llevaron a cabo las negociaciones que que finalmente se han cerrado con un acuerdo. El Consell prevé firmar un acuerdo con Sóller para la gestión y el mantenimiento de la atalaya.
