La semana grande del Dijous Bo de Inca ha finalizado este domingo con dos de las ferias temáticas con más encanto del otoño mallorquín que siempre cosechan un gran éxito de asistencia. La Fira de s’Oliva de Caimari y la Fira de la Mel de Llubí han acaparado la atención de miles de personas, a pesar de los problemas de aparcamiento, especialmente en la del municipio de Selva.

El evento comercial de Caimari, que este año ha alcanzado su vigésimo quinta edición, ha vuelto a demostrar su poder de convocatoria con una oferta basada en el sector de la aceituna y el aceite, ingrediente básico de la dieta mediterránea. Las calles del centro de la localidad de la Serra se han llenado de los productos propios de la gastronomía mallorquina, además de una gran variedad de artículos artesanales.

Ha habido una interesante muestra de productos artesanos en la Plaça Major y actuaciones de los ‘caparrots carboners’ de Caimari, que han bailado en el claustro de Son Albertí y en la Plaça Major. También ha llamado la atención de los visitantes el espectáculo ecuestre celebrado detrás de la iglesia.

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Fira de la Mel de Llubí Joan Frau

Después de 25 años en el escaparate, la Fira de s’Oliva de Caimari está plenamente consolidada en el calendario otoñal de los mallorquines.

Y de la Serra al Pla. La localidad de Llubí ha organizado la XXII edición de la Fira de la Mel, otro evento comercial ineludible que cada año congrega a más visitantes ávidos de productos artesanales y gastronómicos de calidad. El mundo de las abejas y todos los derivados de la miel es el auténtico protagonista de la feria, en la que están representados la gran mayoría de productores de miel de la isla.

Los visitantes han podido degustar sobrasada con miel y mulsum, un vino fermentado a base de mosto y miel, y comprar todo tipo de productos relacionados con este dulce tan popular. También ha habido muestras de vehículos, actuaciones musicales y degustaciones de ensaimadas, entre otros muchos actos.