La gran feria de Inca ha abierto esta tarde su inmenso escaparate comercial para convertirse, como dice el tópico, en la capital de Mallorca por un día. El Dijous Bo recupera este año la plena normalidad tras la suspensión inédita de la edición de 2020 con motivo de la pandemia y la feria del año pasado que se quedó a medio camino, ya que los últimos coletazos del coronavirus obligaron a imponer algunas restricciones y reorganizar las actividades.

Este año, la capital del Raiguer está preparada de nuevo para exhibir su orgullo ‘inquer’ y recibir a miles de visitantes que, un año más, y si el tiempo acompaña, llenarán este jueves las calles del recinto ferial, que abarca prácticamente todo el centro de la ciudad. Todo indica que la gran feria esquivará la llegada del frío que se anuncia para el viernes, aunque los ‘inquers’ saben muy bien que históricamente esta siempre ha sido una jornada fría en la que los vecinos solían estrenar los abrigos de la temporada invernal.

Inca invita a la isla a revivir el Dijous Bo que simboliza la vuelta a la normalidad Pere Joan Oliver

La feria ha quedado inaugurada oficialmente a las 17:30 horas con el tradicional corte de la cinta en el que ha participado toda la corporación municipal. El acto, celebrado en la Plaça del Bestiar, ha contado con la presencia de la presidenta del Consell, Catalina Cladera, y el conseller Iago Negueruela, que han acompañado al alcalde Virgilio Moreno y al resto de ediles del Ayuntamiento. Moreno ha expresado la «ilusión y ganas» de la ciudad en organizar el Dijous Bo «de la normalidad» y ha deseado que haya una elevada asistencia de público.

Después, la comitiva municipal ha realizado su tradicional paseo por el ‘mercat pagès’, que un año más se erige en uno de los principales atractivos de la muestra por su inmensa variedad de productos locales de temporada, con más de 120 paradas de productos mallorquines que, alineados, cubren una extensión de un kilómetro y medio. El mercado payés es el corazón de la feria y también la memoria que retrotrae al Dijous Bo de antaño, conectado con la ‘foravila’ y sus costumbres.

Actualmente, la feria de Inca es mucho más que eso y mantiene la vocación de evolucionar sin perder de vista sus raíces. La Plaça del Bestiar es una de esas ventanas al pasado, con las clásicas muestras de animales que siguen llamando la atención de los visitantes de todas las edades. Allí se ha celebrado el XXIX Concurs Morfològic del Porc Negre mallorquí, cuyos premios se entregarán a lo largo de este jueves, y se han realizado demostraciones de doma con caballo.

Inca invita a la isla a revivir el Dijous Bo que simboliza la vuelta a la normalidad Pere Joan Oliver

Pero no solo del ‘mercat pagès’ vive el Dijous Bo. Como siempre, la ciudad anfitriona ofrece un sinfín de atractivos en distintos enclaves de la ciudad a los que vale la pena aproximarse para conocer las últimas tendencias en el mercado del motor (en el polígono industrial) y de la maquinaria agrícola (Gran Via Colom). Como novedad, este año la renovada Plaça del Mercat Cobert acogerá una interesante muestra de herramientas mallorquinas del campo. Los más pequeños encontrarán su espacio en la Avinguda Reis Catòlics con el Racó de Jocs Infantils, un auténtico centro de diversión.

En cuestiones de movilidad, el tren siempre es el mejor medio de transporte para desplazarse a Inca en un día de masificación como el del Dijous Bo. No obstante, el ayuntamiento de Inca ha habilitado diversos puntos para estacionar los vehículos, entre los que destaca toda la Avinguda Jaume I, además de los puestos habituales.