El llamado Fondo de Transición Justa (FTJ) que pretende implantar el gobierno central en diversas regiones del Estado, entre las que figura el municipio de Alcúdia, contempla la implantación en la bahía de parques de energía eólica marina y la construcción de una nueva planta de hidrógeno verde en el norte de la isla, entre otras medidas encaminadas a compensar los efectos de la descarbonización asociados al cierre de la central térmica de Es Murterar, que supondrá la pérdida de 228 puestos de trabajo y otros 17 empleos asociados al transporte de carbón.

El FTJ de Alcúdia supondrá una inversión de 17,3 millones de euros, lo que representa el 2 por ciento del total de los fondos europeos que han correspondido a España, un total de 868 millones de euros. El ámbito geográfico de aplicación del plan afecta también, además de Alcúdia, a los municipios de Alaró, Ariany, Búger, Campanet, Consell, Lloseta, Llubí, Mancor de la Vall, Maria de la Salut, Muro, Pollença y Selva

Además de la planta de hidrógeno y de la energía eólica, se contemplan actuaciones de modernización del puerto de Alcúdia, proyectos de autoconsumo energético y de economía azul, proyectos de fomento de la industria de electrificación en la flota de embarcaciones de recreo y la descontaminación de los terrenos de la central de Alcanada, adquirida por el Consell de Mallorca, entre otras intervenciones.

La comisión balear de Medio Ambiente emitió este jueves un informe general sobre los efectos de estos proyectos en el territorio, que serán «positivos» porque «contribuirán a mejorar la calidad del aire y a mitigar el cambio climático», entre otras consecuencias que la comisión evalúa de forma «genérica» debido a la falta de concreción actual sobre la ubicación de los proyectos contemplados.

Respecto a la planta de hidrógeno, Medio Ambiente advierte del impacto de las plantas fotovoltaicas asociadas y recuerda que deben priorizarse los espacios industriales o, en su defecto, los terrenos de baja productividad agrícola. Además, también insta a tener en cuenta es el elevado consumo de agua que requieren las centrales de hidrógeno y, en el caso de que se utilice agua desalada, avisa sobre los inconvenientes que genera la gestión de la salmuera y su elevado consumo energético, por lo que sugiere el estudio de alternativas a la utilización del agua desalada como el desarrollo de nuevas tecnologías para el aprovechamiento del agua residual a partir de celdas microbianas de hidrólisis o el aprovechamiento directo del agua de mar.

En relación a la energía eólica, el informe destaca que muchas zonas del litoral balear son «zonas de exclusión» para la instalación de parques, ya que una superficie de casi mil kilómetros cuadrados del litoral norte de la isla está protegida por diversas figuras ambientales y es una "zona de gran importancia para el desove de diversas especies de peces", además de que podría afectar a la pardela balear, la única ave marina endémica estatal que está en peligro crítico de extinción.

También destaca el informe que el proyecto de descontaminación de la antigua central térmica de Alcanada, prevista en el plan del gobierno, "podría integrarse en el Proyecto Alcúdia Tech Mar, declarado proyecto tractor de interés estratégico por el Govern". En cuanto a la movilidad sostenible, la comisión sugiere la viabilidad de implantar un tren de transporte regular en el ámbito de actuación del plan así como promover la electrificación o adaptación al gas natural, biometano o al hidrógeno de los autobuses de transporte regular.