Los trabajos de reforma de la plaza Sebastià Jaume de Alaró, situada en un lateral de la iglesia, se paralizaron durante la mañana de ayer por la aparición de un cráneo y otros restos óseos mientras se excavaba una zanja. La Guardia Civil se presentó en el lugar, precintó el hallazgo y avisó a la autoridad judicial.

Con independencia de lo que determine la investigación, es lógico que se encuentren esqueletos humanos en este lugar. Durante siglos fue el cementerio de la localidad, cuando se enterraba en el interior de los templos y en sus inmediaciones. De hecho, en el pasado este espacio era conocido como el fossar y la puerta lateral de acceso al edificio religioso como el ‘portal del fossar’.

El camposanto estuvo en este lugar al menos hasta 1807, cuando el Ayuntamiento, siguiendo los decretos de Carlos III ordenando que fueran alejados de los templos, aprobó la construcción del actual en la entrada a la localidad por la carretera de Consell.