El ayuntamiento de Sóller tira la casa por la ventana en su último tramo de la legislatura. Y no es para menos, en tanto que este miércoles llevará a pleno la ejecución de 63 proyectos, que suman tres millones y medio de euros, que se financiarán con el superávit que obtuvo el Consistorio en el pasado ejercicio. Un tercio del dinero irá a la pavimentación de calles.
Así lo dio a conocer el alcalde Carlos Simarro, que calificó como «inversión histórica» la que acometerá el municipio en los próximos meses haciendo uso prácticamente de la mitad del remanente de tesorería que obtuvo el ayuntamiento de Sóller en 2021, que ascendió a 5,6 millones de euros.
Simarro destacó como inversiones más importantes el millón de euros que se destinan a pavimentar 41 calles de Sóller, los 425.000 euros dedicados a obras de saneamiento y alcantarillado, la sustitución del césped artificial del campo de fútbol (362.000 euros), la mejora del alumbrado público (250.000) o la tercera y última fase de reforma de la Gran Vía (185.000).
Pero a su vez resaltó que «serán unas inversiones que afectarán a todas las áreas del Ayuntamiento» y que «para el ciudadano supondrán mejoras en todos los ámbitos», ya que «es un amplio listado en el que caben desde grandes proyectos a pequeñas actuaciones que también eran necesarias».
El equipo de gobierno cerró la semana pasada el listado definitivo que ya ha sido presentado a los partidos de la oposición. Este miércoles, el alcalde ha convocado un pleno para aprobarlas y dar salida a la consecución de los proyectos.
Al estar financiados con el superávit, una de los condicionantes es que estén adjudicados antes del 31 de diciembre. En las actuaciones que se llevarán a cabo en unos meses de intensidad política debido a la cercanía de las elecciones municipales del próximo mes de mayo, también se han incluido proyectos de los socios del gobierno de Carlos Simarro.
Así, se culminará el proyecto de creación de un nuevo archivo municipal o la cobertura del mercado municipal con una instalación de paneles solares, unas inversiones surgidas desde El Pi y el no adscrito Sebastià Aguiló.
En un principio el alcalde barajó que cada concejal dispusiera de una partida máxima de 100.000 euros, pero las reticencias de sus socios le obligó a rectificar, de manera que dio barra libre a todos los ediles del equipo de gobierno para que presentaran sus propuestas.
Este factor ha hecho que el Ayuntamiento pasara de los dos a los tres millones y medio los que finalmente se invertirán a cargo del remanente. Este año Simarro prescindió de los partidos de la oposición.
En la distribución de remanentes que hizo hace un año propuso a los partidos de la oposición que hicieran sus aportaciones, pero solo Podemos accedió. Ni Més ni PSOE quisieron aportar proyectos, por lo que este año Simarro ha optado por prescindir de ellos.
Con prisas
Por su parte, desde el PSOE, Jaume Mateu lamentó que muchas de las inversiones previstas «se realizarán mal o con prisas», ya que recordó que todos los proyectos «deberán estar adjudicados antes del 31 de diciembre».
Mateu apuntó que el equipo de gobierno «ha optado por lo fácil» y «sin tener claras las prioridades», por lo que lamentó que «es una lástima que las cosas se tengan que hacer de esta manera».
El portavoz del PSOE apunta que entre las inversiones debería haberse previsto una partida para la compra de terrenos para destinarlos a vivienda social. El socialista apuntó que una de estas soluciones debería haber previsto la compra del antiguo cuartel de la Guardia Civil para convertirlo en vivienda social en alquiler para jóvenes.
