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Fent i Desfent | La venta de la montaña del Castell d'Alaró

La montaña del Castell d’Alaró está a la venta. DM

Fent | Un tesoro que podría ser público si interesara

Querido, no es que me crea una diva de la inteligencia pero tan solo aplicando el sentido común de una ciudadana de a pie se arregla en un plis plas el lío del Castell d’Alaró, el del patrocinio del Mallorca y otras movidas que tengan nuestros políticos que llevan desde agosto encadenando crisis por el patrocinio del Mallorca. Además, el Consell acumula años de retraso con la compra del Castell d’Alaró, la no compra y el culebrón de la cesión de las murallas. ¿Dónde quiero llegar? Pues si hay lío en el Pacte con el temita del Mallorca, más les conviene aparcarlo y destinar la cuantiosa partida del patrocino al Castell d’Alaró que si al millón previsto de la ecotasa para adquirirlo se le suman la jugosa partida mallorquinista, todo ello da para comprar el castillo. Desde el minuto cero, la montaña se vende por 2,5 millones, que es el precio fijado por la familia que por eso son los propietarios. No se vende al precio que diga la consellera de turno. Así que gracias a la dejadez de nuestros políticos y a su don especial para malgastar el dinero, este tesoro que podría ser público, tiene toda la pinta de quedarse en manos privadas y extranjeras. ¡Conserven el poco patrimonio que nos queda de una vez!

Desfent | Tenemos lo que nos merecemos

Querida Rosa. Tenemos lo que nos merecemos, ni más ni menos. Nos merecemos que venga un extranjero y que compre la montaña del Castell d’Alaró y otro que haga lo propio con la Torre Picada del Port de Sóller. El dinero público que debería servir para estas cosas no está disponible porque lo hemos malgastado en otras. Y si me aferro a mi mala leche matinal, ojalá ambos se conviertan, además, en otra atracción turística solo al alcance de unos pocos. Los mallorquines somos así. Te repito, nos lo merecemos por la imbecilidad colectiva que nos embriaga. Al igual que nos merecemos la clase política que tenemos (y aquí no distingo de colores porque en el fondo todos son iguales) y tenemos un impuesto turístico que luego sí sirve para organizar conciertos o dedicarlo a chorradas diversas que solo sirven para que chupópteros y listillos de turno se llenen los bolsillos. Hace tiempo que hemos perdido el norte y el sentido común en esta comunidad en la que todo vale con tal de llenarnos los bolsillos y si puede ser a espuertas. En fin, querida, que vengan ya los extranjeros y nos compren lo poco que nos queda. Y a hacer puñetas.

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