Casi 800 años después de que las tropas del rey Jaume I El Conqueridor llegasen a Calvià, la localidad turística de Santa Ponça sirvió de escenario un año más para recrear aquel episodio crucial de la historia de Balears, que significó el principio del fin de la dominación musulmana en el archipiélago.

Esa batalla entre moros y cristianos representa el punto álgido de las fiestas del Rei en Jaume, las más importantes para este municipio, que concluyen hoy tras casi dos semanas de un intenso programa de actividades.

La Cruz de Santa Ponça, construida en 1929 con motivo del 700 aniversario de la Conquesta, fue el lugar de los primeros escarceos entre las tropas comandadas por Jaume I y las huestes de Abú Yahyá.

Entre gritos, consignas y los primeros choques de espadas, siempre incruentos y con muchas risas de por medio la legión de colles -hubo hasta 1.200 participantes- desfilaron hasta la playa grande de Santa Ponça, un recorrido en el que el público, entre el que había muchos turistas al estar en plena temporada, pudo disfrutar de las coreografías y los elaborados trajes de los ejércitos moro y cristiano.

Y allí en el arenal, con retraso respecto a los horarios inicialmente previstos, la fiesta estalló en una gran batalla recreada, ante la mirada del numeroso público que allí se congregó después de dos años condicionados por la pandemia.

En el año 1229, las escaramuzas prosiguieron después del desembarco, cuando el grupo de caballeros encabezado por el monarca se encaminó al asedio de Medina Mayurqa, lo que hoy en día es Palma, tras superar su primera prueba de fuego en Santa Ponça.

Sentimiento de hermandad

Ayer, en cambio, la batalla no fue a más, las diferentes huestes se fundieron después en la hermandad y en los abrazos, y se dirigieron a sus respectivos campamentos para disfrutar de la noche del sábado, con cenas de camaradería.

El alcalde Alfonso Rodríguez Badal, quien desfiló ayer como hace cada año, expresó su alegría por el reencuentro de todos los vecinos de Calvià, así como de los visitantes por las calles del municipio. «Que la alegría, la fiesta y la hermandad llenen de nuevo estos días de fiesta», aseguró en los días previos a la celebración, ensalzando el «sentido identitario» de esta celebración en un municipio muy disperso desde el punto de vista geográfico y social. La jornada del sábado fue intensa, porque, además de la gran cita del desfile de moros y cristianos y la posterior batalla, numerosos vecinos y visitantes pudieron disfrutar del mercado medieval, que ofrecía actividades para las familias durante todo el día. A última hora del día se celebró el ‘Vespre de concerts’, en la pinada de Santa Ponça.

Concierto tributo

Así, se celebró un concierto tributo a Extremoduro a cargo de La Hoguera, y a continuación actuó Baaldo, un joven artista calvianer que se dio a conocer en 2019 con ‘Vull ballar amb tu’ y que ganó el premio Enderrock de la Música Balear 2020 por el mejor disco de música urbana. La noche se cerró con una sesión de ‘Disco Machine’, ante un público eminentemente juvenil.

Pero la fiesta no acabó ayer en Santa Ponça. El epílogo se escribe hoy con una fiesta swing por la tarde en la pinada de Santa Ponça, la tradicional misa solemne en la iglesia de esta localidad y, finalmente, el broche tradicional de los fuegos artificiales.

El espectáculo pirotécnico empezará a las 22.30 horas en la playa de Santa Ponça e irá a cargo de la empresa Pirotècnia Jordà. Una cita luminosa para poner fin a las fiestas del Rei en Jaume.