La plataforma Salvem Portocolom ha llevado a cabo este jueves una acción reivindicativa consistente en el cierre del acceso a la cala protegida de s’Algar con el objetivo de denunciar la «degradación» que padece este espacio natural ubicado en el litoral ‘felanitxer’ debido al «exceso de tráfico rodado» que soporta diariamente. Un grupo de miembros del citado colectivo conservacionista han instalado una cadena y un disco de prohibido el paso en el acceso principal de s’Algar y han exhibido una pancarta que recordaba que, para llegar a la cala, apenas se tardan siete minutos a pie y dos en bicicleta desde el núcleo urbano de Portocolom, ubicado a 300 metros.

A pesar de la poca distancia entre el puerto y s’Algar, diariamente acceden a esta zona litoral numerosas caravanas, quads, todoterrenos turísticos, jeeps de alquiler y coches en general que «degradan el espacio hasta un punto nunca visto», lamentan desde Salvem Portocolom, que subraya el «elevado valor ecológico» de la zona, muy popular entre los residentes.

El colectivo denuncia que el tráfico motorizado provoca la erosión de la zona litoral, así como la pérdida de calidad del paisaje, destrucción de la vegetación y la biodiversidad, menos calidad de vida para los residentes, proliferación de residuos y emisión de ruidos, polvo y molestias para quienes acceden a la zona a pie o en bicicleta. Además, aseguran que la segunda línea «se ha convertido en una gran letrina llena de defecaciones, papel y plásticos».

Salvem Portocolom recuerda que en la zona urbana hay un aparcamiento «infrautilizado», por lo que la degradación es «absurda y totalmente evitable». También indican que desde hace veinte años se reclama la prohibición de acceso del tráfico motorizado y que la plataforma ha realizado numerosas propuestas tanto a Costas, Govern, Consell y ayuntamiento de Felanitx y hasta la fecha solo se ha conseguido que se colocaran varias piedras grandes para evitar la ocupación de algunos espacios de la cala.

4.000 metros degradados

Según los activistas, la parálisis de la administración «ha alcanzado un punto insoportable», ya que la zona degradada y erosionada supera ya una extensión de 4.000 metros cuadrados, cuando «se trata de un espacio protegido que debería ser tratado como la joya de la corona de Portocolom».

De hecho, recuerdan que s’Algar está protegido actualmente porque el pueblo se movilizó en los años 80 y 90 para evitar la urbanización que estaba programada.

Por estos motivos, el colectivo ecologista reclama que se cierre de forma definitiva el acceso a vehículos motorizados a excepción de los de emergencias para que solo se permita ir a la playa a pie, en caballo o bicicleta. Asimismo, proponen la instalación de baños portátiles en la zona del Babo, la más degradada por el incivismo, y que se habilite una zona para caravanas en la zona de sa Bassa Nova, un espacio urbano que cuenta con servicios próximos pero que «Ports IB mantiene sin ningún uso».