Desde el pasado mes de junio, el ayuntamiento de Alaró busca propietario para cinco burros que un día aparecieron, como por arte de magia, por los alrededores del camino que asciende hasta el Castell sin que, hasta la fecha, nadie haya reclamado a los animales como propios. La ausencia de chip dificulta la identificación de los equinos.

Desde entonces, los pollinos residen en las instalaciones de Natura Parc, en el municipio de Santa Eugènia, donde son alimentados y reciben los cuidados necesarios para su supervivencia. El problema es que el tiempo corre y, mientras no aparezca el propietario de los animales o alguien que exprese su voluntad de adoptarlos y reúna los requisitos para ello, la manutención de los equinos corre a cargo del ayuntamiento de Alaró, la institución más interesada en colocar a los asnos en un nuevo hogar que se haga cargo de ellos. Solo así podrá ahorrar el gasto de doce euros diarios por animal que cuesta actualmente la manutención de estos cinco burros apátridas.

Los animales aparecieron un día de junio vagando por los caminos rurales del entorno de Alaró, aunque en un principio parecía que estaban controlados por sus propietarios. Más adelante, cuando ya llevaban varias semanas sueltos por la zona sin que nadie se preocupara por ellos, el Ayuntamiento empezó a tomar cartas en el asunto buscando de forma infructuosa a los posibles dueños. 

La situación se agravó cuando los animales protagonizaron algunos incidentes en forma de coces a senderistas que ascendían al castillo, momento en el que el Consistorio decidió llamar a Natura Parc para que recogieran a los pollinos con el objetivo de evitar males mayores.

«Actualmente ya ha pasado el plazo para que alguien los reclamara como propios, por lo que legalmente han pasado a ser responsabilidad del Ayuntamiento», apunta el alcalde de Alaró, Llorenç Perelló, que no se explica de dónde proceden. «Son animales que se echan de menos cuando no están», apunta. 

La institución municipal ha iniciado el proceso para entregar a los burros en adopción, siempre que aparezca alguna persona que cumpla los requisitos, que no son sencillos, ya que, entre otras condiciones, la persona que decida acoger a los equinos deberá estar inscrita en el RegistroGeneral de Explotaciones Ganaderas (REGA) y dar de alta a los animales. «Si quiere los cinco es un poco más complejo que si solo quiere uno», explica el alcalde. También tiene que estar dispuesto a abonar unos cien euros por cada animal en concepto de pasaporte y chip