Tras dos largos años de ausencia, Santa Margalida ha vuelto este domingo a vibrar con las estrofas de Sor Tomasseta, el tintineo de los picarols y el ruido seco de las gerres estampadas en el suelo por parte de los traviesos y provocadores ‘dimonis’. La Vila se ha emocionado de nuevo con todos los elementos propios de la llamada ‘processó més típica de Mallorca, una tradición beatificada en 1792 que este año cumple 330 años de historia. Y vista la devoción que sigue levantando la procesión entre los ‘vileros’ y ‘vileres’ de diferentes generaciones, esta singular celebración tiene el futuro garantizado.

El día grande de la Vila ha sido largo. Los ‘dimonis’ han aparecido a las 10 de la mañana desde sa Creueta para hacer sonar sus cencerros por las calles. Media hora después se ha iniciado el oficio solemne en la parroquia, ya con la presencia de la Beata, representada este año por la joven Joana Maria Rosselló Roig, y toda su corte. Ya por la tarde se ha llevado a cabo el ‘cercavila’ por parte de las bandas de música y las ‘colles de xeremiers’ que poco después participarían en la procesión, que finalmente ha salido poco después de las 21 horas, cuando las calles más céntricas de la Vila estaban repletas de público impaciente para ver el paso de la comitiva de la santa mallorquina, las carrozas que representan pasajes de su vida, los payeses y payesas y los diablos.

Vestidos ‘a l’ample

Como es habitual, las autoridades esperaban el paso de la procesión desde el palco ubicado en la Plaça. El alcalde Joan Monjo ha ejercido de anfitrión de una nutrida representación política entre la que figuraba el presidente del Parlament, Vicenç Thomàs o la consellera Mae de la Concha, entre otros, además de los líderes de los diferentes partidos. Algunos han acudido vestidos con los trajes tradicionales de la payesía mallorquina por petición expresa del alcalde Monjo, que destacó esta semana la «anomalía» que suponía la diferencia entre la gente vestida con los atuendos típicos y las autoridades. El Ayuntamiento incluso ha comprado vestimentas tradicionales para prestar a los políticos que así lo solicitaban.

Con la procesión en marcha, los presentes han revivido las sensaciones que han permanecido dormidas durante los dos años de la pandemia. Han podido admirar la vistosidad de las catorce carrozas participantes y que representan diferentes episodios de la vida de la santa y han tenido la oportunidad de asistir a las provocaciones de los ‘dimonis’ a la Beata, que ha aguantado estoicamente, cruz en mano, las fechorías diabólicas.

Durante la marcha se han roto más de 2.000 ‘gerres que, como es tradicional, los ‘dimonis’ arrebatan, en algunos casos con mucho esfuerzo, de las manos de los payeses y payesas que las sostienen y protegen como un tesoro. Todo ello sucede con la música de Sor Tomasseta de fondo, cuya letra todo el mundo conoce y entona con emoción en Santa Margalida: Sor Tomasseta on sou, ja vos podeu amagar, perquè el dimoni vos cerca, dins un pou vos vol tirar. 

Bien entrada la noche la procesión más típica se ha dado por concluida. Está previsto que la jornada finalice con una ‘revetlla’ de música tradicional a cargo de Música Nostra. La Beata más esperada no ha decepcionado.

11

La procesión más típica de Mallorca: La Beata de Santa Margalida Manu Mielniezuk