Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Apasionado de la música popular

Martí Tomàs Barceló: «No es cierto que a los jóvenes no les interese la música popular»

«Para mí han sido más importantes las ‘xeremies’ que la ‘play station’», asegura este joven que vive en la localidad de Portocolom

Martí Tomàs forma parte de ‘colles de xeremiers’. | MARCEL·LÍ CAMATS

Desde los cuatro años siente interés por la música y, en especial, la música popular. Toca diversos instrumentos como la guitarra, el flabiol, el tamburino o la xeremia. Tienen dieciséis años, vive en Portocolom, forma parte de colles de xeremiers y ya es miembro del grupo Abeniara.

¿Cómo nació ese interés por la música?

En casa siempre se escuchaba música, de todo tipo, rock y música de la llamada de ball de bot, mi abuelo tocaba la guitarra, así que empecé yendo a clases de ese instrumento, primero en el conservatorio de Felanitx y más tarde con un profesor particular.

¿Y cómo entró en la música popular?

Si esos conocimientos de guitarra me dieron las bases de la formación musical, fue el ir con mi abuelo y ver que con un trozo de árbol podía construir un instrumento rudimentario y también ir a ver bailar los cavallets (que luego bailaría años más tarde) o Sant Joan Pelòs lo que me hizo cambiar hacia la cultura popular. Y así empecé a conocer ese otro mundo de la música de raíces, hecha con las xeremies, los flabiols y los instrumentos de percusión. Y luego vino el ir a las veladas de música y baile con S’Estol des Gerricó y Abeniara, que hicieron que quisiera probar ese otro camino. Un camino que me apasionó desde el primer momento.

¿Qué tiene la música popular que le apasiona tanto?

Me transporta, me hace sentir yo mismo. La verdad es que en ese mundo me siento muy cómodo y me lo paso muy bien.

¿Cuáles fueron sus primeros instrumentos?

Normalmente por la comunión mis compañeros pedían una gran fiesta, yo en cambio quería que me regalaran un tamborino y un flabiol. Y así fue. Con ellos ya empecé clases con Cati Obrador, una maestra a la que le estoy muy agradecido, ella es oboísta y una gran pedagoga. Más adelante amplié con otro profesor que venía de Palma, Càndid Trujillo, que es uno de los mejores xeremiers de la isla. Estos fueron mis primeros profesores y les estaré siempre agradecido por el hecho de hacer que ame la música y que quiera seguir en ella ampliando estudios como intérprete.

¿Y cómo ve su futuro?

Todavía es pronto para decir lo que me depara el futuro, estoy en cuarto de ESO, ahora bien, estoy pensando en cursar el bachillerato artístico.

Así que se ve como músico profesional.

Sí. Me gustaría llegar a ser profesor de música en un instituto, hace tiempo que lo pienso y que lo comento a amigos y familiares. La docencia me permitiría seguir tocando en grupos.

¿Cuánto tiempo le dedica a la música?

En casa llegaron a ponerme unos horarios, pues era levantarme a las ocho y ponerme a estudiar y a tocar. Ahora, en verano, lo que hago es aprovechar muchos momentos libres para practicar el flabiol, la guitarra o la xeremia.

Por lo que vemos hay algo o mucho de autodidacta, pues a partir de unas bases de sus profesores ha ido ampliando.

Para la guitarra he utilizado tutoriales de youtube, para el flabiol grabaciones existentes y sobre ellas intento sacar las melodías o los acompañamientos.

Aparte la música popular, ¿qué otros estilos le interesan?

Me gusta mucho escuchar grupos referentes del pop y rock españoles del 2000 como Fito, Leiva, Dani Martín, algo, no mucho, de reguetón, eso sí, en pequeñas dosis. De esos artistas que he citado y de otros como Obrint pas, también intento sacar los acordes de sus canciones en la guitarra. Ya en otros estilos me interesa el jazz, un estilo al que me acerqué a través de participar en algunos campus de verano.

¿Cómo hace compatible ese interés por la música con los intereses de un joven adolescente?

He tenido la suerte de tener amigos a los que la música les interesa. En mi pandilla hay unas cuantas chicas que son balladores del grupo Abeniara. No es cierto que a los jóvenes no les interese la música popular, hoy, más que nunca, hay una afición enorme. Mi madre me cuenta que en su época tenían que insistir para que se dedicaran al ball de bot, ahora es lo contrario, hay mucho interés.

Es miembro de Abeniara. ¿Cómo entró en ese grupo, hoy referente?

Le debo mucho a Pere Barceló. Fue la persona que me tendió la mano y confió en mí para que empezara a colaborar con él, primero tocando el flabiol formando lo que se llama una colla y luego como miembro del grupo. Recuerdo el día que me ofrecieron tocar con ellos, me eché a llorar de emoción como un niño pequeño. Con Pere y con Abeniara he aprendido mucho.

Pere Barceló es también biólogo y profesor de ciencias.

Sí. No lo he tenido nunca en mis estudios reglados pero sí como profesor de refuerzo. Para mí es un gran amigo.

Abeniara acaba de sacar su último disco, ‘Dotze llunes’. ¿Qué ha representado meterse en un estudio y grabar de forma profesional?

Una experiencia inolvidable, única. Todo era nuevo para mí.

Aparte de la música, ¿qué otros campos le interesan?

El deporte. Practico, desde los tres años, el judo. Como me pasa con la música al salir a tocar, en el judo también me transformo al subir al tatami para competir. Con la música y el deporte me encuentro conmigo mismo. Son dos maneras de sentirme yo.

¿Dónde se siente más cómodo, con un grupo grande como Abeniara o con un dúo o trío, formando colla?

Tocar en pequeño formato te permite conectar mucho con tus compañeros. En una colla de xeremiers se establece una conexión especial, incluso de competición bien entendida, tú te picas y el otro responde y a la vez te incita de nuevo. Es muy curiosa esa relación y a la vez muy impactante. Con Abeniara, la cosa es diferente, te sientes más cómodo, pues hay violines, flautas, guitarras, voces, que te arropan. Son conceptos muy diferentes.

¿Cuántos instrumentos tiene?

La primera guitarra que tuve y conservo fue un regalo de reyes, luego vino el flabiol y más tarde las xeremies, que ya es un instrumento que requiere más destreza y más fuerza pues debes hincharlas y aguantarlas. Para mí han sido más importantes las xeremies que la play station. También tengo otros instrumentos como una guitarra acústica que me regalaron mis padres, a los que debo mucho, pues nunca me han puesto pegas ni barreras a esa afición, al contrario, me han apoyado siempre.

Como futuro profesor de música, ¿cómo le gustaría que le vieran sus alumnos?

Me gustaría poder hacerles ver que la música es un elemento básico para el crecimiento personal y para ello intentaría mostrar todos los tipos de música que existen, la popular, la clásica, el rock, e incluso el reguetón. En las clases de música falta mostrar que la música es una, pero tiene diversas formas y cada uno de nosotros tenemos nuestro estilo preferido.

Compartir el artículo

stats