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Lletra menuda | La promoción de la expresión propia

Los pueblos y ciudades de dimensión mediana que han contado con la presencia de una orden religiosa de peso suelen mantener un importante legado arquitectónico y etnográfico ligado a ello y que ha pasado a ser signo de identidad del lugar. Es el caso de la Orden de Predicadores y Manacor.

Los Dominicos estuvieron en Manacor hasta 2001. El conjunto del convento y claustro de Sant Vicenç da consistencia y carácter a la ciudad, del mismo modo que lo hacen los Moretons, un baile primaveral todavía presente en el entorno del convento deshabitado. Está poco tipificado y es de difícil comparación. Tiene un posible origen en la defensa del dogma de la Inmaculada. Sea como sea, es exclusivo de Manacor.

El paso por la ciudad del musicólogo italiano Salvatore Di Russo, en su búsqueda de bailes y percusiones españolas, propicia ahora que los Moretons se planten el próximo 19 de octubre en el Vaticano y dancen ante el papa Francisco. Es, sin duda alguna, un privilegio, todo un honor, el premio al saber mantener los valores patrimoniales y exclusivos. También una oportunidad de lujo para promocionar Manacor y sus expresiones más genuinas. Lástima que el envite haya llegado en época de masificación turística.

En todo caso, los promotores del evento y el propio Ayuntamiento se muestran decididos a rentabilizar una ocasión única y abren la vía a futuras colaboraciones entre la banda de música local y otras italianas. Incorporan a la promoción la ensaimada y cosas tan manacorinas como los sospiros y los amargos. Conviene caer en la cuenta de que Manacor es mucho más que Rafel Nadal y las cuevas del Drac y els Hams.

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