Explosión de agua y paja. Sencelles ha recuperado este domingo una de sus fiestas más esperadas: el Embala’t 2022. Sin ninguna duda esta ha sido una de las ediciones más especiales. En esta XV edición, Sencelles se ha embalado por todo lo alto. La ocasión bien lo merecía tras dos años marcados por el parón y las restricciones impuestas por la pandemia. 

 Y si este sábado, la localidad se entregó a la Capta, la jornada dominical ha estado marcada por la fiesta multitudinaria. Si bien el plato fuerte de la jornada ha sido por la tarde con la guerra de paja (y agua) para hacer más llevadera la batalla, por la mañana la multitud se ha congregado en la plaza de la Esglèsia para dirigirse al son de les xeremies a la Plaça Nova, punto neurálgico de la celebración. Tras el pregón, ha sido el turno de los Jocs y la mobylettada, donde los participantes han demostrado su destreza y precisión en el juego de las anillas.

Acto seguido, el camión de la Comissió Embala’t ha entrado en escena para ir a buscar las dos enormes balas de paja, que sin ninguna duda son las protagonistas indiscutibles de la fiesta. Son dos porque una es para los participantes masculinos y la otra se reserva para las asistentes femeninas a la fiesta.

Comida de hermandad

Al mediodía, ha tocado reponer fuerzas para la batalla de la tarde. Así, en la Plaça Nova ha tenido lugar la multitudinaria comida de hermandad a base de fideus de roter.

Ya por la tarde, con las fuerzas necesarias para vivir la divertida e intensa batalla, la comitiva se ha dirigido a los Dos Pous para recoger las dos enormes balas de paja y trasladarlas rodando hacia la Plaça Nova, donde ha llegado el colofón de la fiesta con una guerra lúdica con tal original como inofensivo proyectil: la paja aderezada con agua que sin ninguna duda ha sido una explosión de alegría y diversión que ha hecho las delicias de los participantes. 

Y es que en estos quince años de la celebración que nació en 2007 para revitalizar las fiestas del municipio, el Embala’t se ha convertido en una celebración con marcado carácter propio y en una fecha señalada en el calendario festivo veraniego.