Las polémicas obras de Porto Cristo abren un nuevo capítulo en plena temporada turística. Los meses de retraso y las molestias que a día de hoy todavía sufren los vecinos de la calle Colom y la plaza del Carme, han colmado la paciencia del PP, que ha pedido la dimisión de la regidora de Urbanismo, Núria Hinojosa (PSOE) «porque además ha permitido la apertura al paso de gente de una calle que hoy todavía está en obras. ¿Quién será el responsable si pasa algo? ¡Todo esto es un despropósito, lo que tiene que hacer es partir!», ha dicho la portavoz del PP, Maria Antònia Sansó, quien también le recrimina que empezara el proyecto a sabiendas que no terminaría a tiempo.

Y es que las obras de la primera línea de Porto Cristo, que debían estar terminadas en mayo y después de tres prórrogas todavía continúan sin fecha concreta de conclusión a falta de un tramo significativo, han supuesto un auténtico desastre en cuanto al control de los tiempos y de unos acabados que ahora también empiezan a ponerse en duda. «Parece que ustedes (en referencia al pacto Més-Esquerra, PSOE, Podemos) lo hacen aposta, hace tres años que la temporada turística de Porto Cristo queda afectada», dice Sansó.

Por su parte, Hinojosa explica que no dimitirá y que si la calle Cristòfol Colom está abierta a pesar de estar todavía en obras «es por estar en las fechas que estamos y porque hay un coordinador de seguridad y salud y un jefe de obras que así lo han decidido. ¿Por qué no me pide la dimisión por las ocho o diez obras que también están en marcha? pues porque van bien. Así que póngase tranquila y no centre sus iras en mi persona”, contesta la teniente de alcalde.

En 2021 la empresa Coptisa SL ganó el concurso para acometer el proyecto de remodelación de la calle Bordils y alrededores, cuyo principal motivo era arreglar las canalizaciones y pluviales de una vez por todas de la primera línea y que ocasionaban problemas de vertidos fecales a la playa urbana. La obra se concedió por 877.967,93 euros, una cifra que rozó la baja temeraria puesto que el importe inicial de licitación era de unos 1.080.000 euros.

«Ha habido una falta evidente de efectivos y planificación. Las obras debían empezar a mediados de noviembre y no lo hicieron hasta dos semanas más tarde… y después todo ha ido de mal en peor. Había que haber estado más atentos desde el principio si no queríamos estar como estamos, con la temporada turística encima y muchos negocios afectados. Seguro que en Manacor esto no hubiera pasado», ha recordado en distintas ocasiones la concejala de la Agrupación Independiente de Porto Cristo, Antònia Llodrà, otra de las voces críticas con la gestión municipal del proyecto.

 Melchor Mascaró entra en escena

La poca celeridad para terminar y al cumplir con el plazo de cinco meses determinado en el proyecto, han hecho que la empresa adjudicataria haya admitido finalmente al ayuntamiento de Manacor su incapacidad para finalizar a tiempo ni siquiera con la nueva prórroga, lo que ha hecho que el consistorio entre en escena: "Finalmente han aceptado nuestra mediación y gracias a la buena voluntad de una empresa manacorina que puede aportar más personal, los problemas quedarán solventados", ha dicho Hinojosa en referencia a Melchor Mascaró SA.

El propio alcalde de Manacor, Miquel Oliver, ha dado las gracias a Melchor Mascaró en redes sociales calificando las obras de "vergüenza". “Soy la primera que quería que las obras terminaran a tiempo, pero la ley de contratación nos da dos opciones, o rescindir el contrato con la empresa, lo que hubiera sido peor, o tratar de terminar cuanto antes y haciendo todas las gestiones posibles. Está claro que todo lo que ha pasado no es plato de buen gusto”, ha concluido Hinojosa.