El Govern balear, a través de la dirección general de Memoria Democrática, ha solicitado colaboración a la Junta de Andalucía, la diputación de Sevilla y el Ayuntamiento de la misma ciudad para localizar a familiares de José Luis Santo Toribio del Castillo, un represaliado por el franquismo natural de Sevilla cuyos restos fueron encontrados el pasado mayo en una fosa común en el recinto del antiguo cementerio de Selva.
El escrito, firmado por el director general de Memoria Democrática, Marc Andreu Herrera, se enviará hoy a las tres administraciones con la esperanza de que sirva para encontrar allegados de este represaliado para entregarles sus restos. Según la información disponible, la víctima llevaba poco tiempo en Mallorca antes de ser asesinada, por lo que se considera «crucial» la colaboración de las instituciones andaluzas.
El pasado mayo la dirección general de Memoria Democrática intervino en la exhumación del cementerio de Selva, donde localizó los restos de dos hombres asesinados en 1936: Pedro Morro Payeras, residente en Campanet, y José Luis Santo Toribio que, según su cédula personal, tenía veinticinco años, estaba casado y era feriante de profesión. Sus padres se llamaban Joaquín y Natalia. Era originario de Sevilla y residía en la calle Formentor número 4 de Inca.
El Govern ha podido certificar que los restos corresponden a Santo Toribio gracias a la información recogida en el Mapa de Fosas de Mallorca de Arnau Matas, y a la documentación depositada en el Registro Civil del Ayuntamiento de Selva, que contenía información muy precisa sobre dónde estaban enterrados los dos cuerpos.
Asimismo, la causa judicial 342/1936 del Juzgado Togado Miliar Territorial número 19 de Palma aporta más información sobre su asesinato, ocurrido el 27 de agosto de 1936. Tal como informa la dirección general de Memoria Democrática a las diferentes administraciones andaluzas, el cadáver de Santo Toribio fue descubierto en la finca el Olivar de Son Ripoll, en Selva, e inhumado en el cementerio municipal.
«En la autopsia se describe el cuerpo de estatura regular, cabello negro y tatuajes en ambos brazos. En el brazo izquierdo presentaba una estrella que cubría el antebrazo, una cruz que tal y como se indica en la inscripción era ‘en memoria de mi madre Natalia’, con un retrato de mujer, una hoz y un martillo. En el brazo derecho tenía un círculo con el nombre de ‘Maruja’ y una calavera», detalla el escrito que se remitirá a las tres instituciones andaluzas.
Se sabe además que en el momento de su asesinato, Santo Toribio portaba una camiseta blanca, pantalones negros y cinturón de piel.
Identificación del cadáver
Más datos sobre este represaliado los aportó en su declaración Pilar Martínez Carrasco, que tras el asesinato identificó el cadáver y testificó que vivía con la víctima en Inca, dónde mantenían «una relación de amistad amorosa». Además, declaró que no tenía conocimiento de que tuviese familia residiendo en la isla. La dirección general de Memoria Democrática también buscará a familiares de esta mujer, originaria de Cuenca y que en el momento de los hechos tenía 27 años.
La intervención del cementerio de Selva se enmarcó en el III Plan de Fosas de la Guerra Civil y la llevó a cabo la Sociedad de Ciencias Aranzadi a lo largo de cuatro días.