Este sábado y tras dos años de adaptaciones motivadas por la pandemia, las calles céntricas de Porreres se han vuelto de teñir del color anaranjado de la fruta reina de la población para recibir a los visitantes que han acudido a una nueva edición de la Fira de l’Albercoc Porrerenc.

La climatología de este año ha provocado que la cita con el albercoc porrerenc se haya tenido que adelantar dos semanas. Si bien la cantidad de fruto que este año se podrá recolectar es menor que en años anteriores, los productores no han querido faltar a su cita por excelencia y han podido ofrecer las variedades más primerizas que se cultivan en los campos porrerencs. Además se han ofrecido a los visitantes otros productos derivados del albaricoque como pueden ser las confituras, cocas, ensaimadas y licores.

Para poder saborear las variedades de maduración más lenta se tendrá que esperar unas semanas. Se trata de los caninos y de la variedad reina, el galta vermella. Ante la falta de estas variedades se ha tenido que suspender el tradicional concurso de xapar albercocs ya que el fruto que ya ha madurado no es apto para el sequer.

Por segundo año el ayuntamiento de Porreres ha declarado el mes de junio como el mes de l’albercoc i por este motivo se ha convocado el segundo concurso de decoración de calles.

La jornada festiva cuenta con una amplia oferta gastronómica que ofrecen once establecimientos de restauración, hornos y pastelerías.

Desde el ayuntamiento, su alcaldesa Xisca Mora, ha asegurado que está orgullosa de poder volver a realizar la Fira de l’Albercoc en condiciones normales y poder volver a ofrecer el fruto por excelencia de las tierras porrerenques.