Sóller ha abierto este lunes de par en par la puerta definitiva a la nueva normalidad tras la pandemia. El Firó es la primera fiesta multitudinaria que se celebra en la isla tras dos años de restricciones en las que las actividades lúdicas y las recreaciones históricas quedaron reducidas a la mínima expresión. En el caso de Sóller, el último Firó que se celebró fue en 2019.

Y tras dos años sin poderse celebrar actos festivos, Sóller celebra por todo lo alto la recreación de la invasión sarracena que acaeció el 11 de mayo de 1561 con una explosión de multitudes que abarrotan no solo los escenarios de la fiesta, sino prácticamente todo el municipio y sus principales accesos. Moros y cristianos son los verdaderos protagonistas en una jornada que, por primera vez en más de 150 años, las escopetas están proscritas de la fiesta tras el cambio normativo realizado durante la pandemia que imposibilitaba su participación.

Firó de Sóller | Moros y cristianos se enfrentan en la batalla final en la plaza de la Constitución

Firó de Sóller | Moros y cristianos se enfrentan en la batalla final en la plaza de la Constitución M. Mielniezuk

El nuevo Firó ha empezado a dar sus primeros pasos frente al monumento al Once de Mayo, donde las autoridades, Valentes Dones y personajes históricos han realizado la tradicional ofrenda floral. Curiosamente este ha sido el único acto que rememoró el Firó durante los dos años de crisis sanitaria. Tras la solemnidad del acto le ha seguido la misa de campaña celebrada en la explanada de Can Tamany que ha oficiado el párroco Eugeni Rodríguez, que este año ha tenido un aforamiento limitado. Esta misa se ha llevado a cabo frente a una casa con mucho simbolismo en la fiesta que se celebra este lunes. En este inmueble residían en 1561 las hermanas Catalina y Francisca Casasnovas, dos mujeres que repelieron el ataque sarraceno con la tranca de la puerta (la barra de Can Tamany) después de que varios piratas intentaran acceder a su casa. Tras la misa, todo ha estado ya a punto para que Sóller recuperara su fiesta más icónica. Para los que no son del municipio, el Firó es una escenificación histórica en la que se recrea la invasión turca que protagonizaron un millar de piratas a las órdenes de Otxi Alí.  

Firó de Sóller 2022 | Las tropas sarracenas intentan desembarcar en la platja de Can Generós

Firó de Sóller 2022 | Las tropas sarracenas intentan desembarcar en la platja de Can Generós M. Mielniezuk

Si bien la historia dice que el desembarco se realizó en Ses Puntes, una zona escarpada y de difícil acceso situado en las inmediaciones del Port, las batallas entre moros y cristianos se celebran en distintos escenarios del Port para, después, trasladarse a Sóller donde se recrea la invasión y el saqueo de la plaza y la parroquia para, finalmente, tras una dura batalla, imponerse las tropas locales. Al frente de ellas estaba el capità Angelats junto a los responsables de las tropas desplazadas desde Alaró y Santa Maria, entre otros. De hecho, el capità Angelats y el denominado rey moro protagonizarán esta tarde-noche la última escena de la batalla antes de que el Firó se dé por concluido y se proclame la victoria de las tropas ‘solleriques’.

Este fue el hilo conductor de una fiesta que en los últimos años se ha convertido en un referente de la isla. Si habitualmente la Fira y el Firó de Sóller dan el pistoletazo de salida a las fiestas de pueblo de Mallorca, este año tuvo otro componente más simbólico, al ser la primera fiesta multitudinaria que se celebra en la isla tras la supresión de las últimas restricciones sanitarias derivadas de la pandemia por covid. El flujo de personas fue abrumador. La plaza de la Constitución, último punto de las batallas tras las celebradas en las playas de Can Generós y Can Repic y la del Pont den Barona, ha congregado a 8.000 personas entre público y participantes. El centro de Sóller se ha blindado y solo han podido acceder al centro todas las personas identificadas con las pulseras que se fueron repartiendo en las últimas semanas. 

Pero además de los miles de espectadores y participantes, Sóller ha sido punto de encuentro de otros tantos miles de personas que, pese no poder acceder a la plaza, han vivido su particular fiesta alternativa. 

Para garantizar la seguridad de este lunes se ha desplegado un dispositivo especial que ha agrupado a más de un centenar de efectivos de diferentes cuerpos. La Guardia Civil ha desplegado varias unidades por el municipio y la Policía Local todos sus efectivos, además de apoyos procedentes de otros municipios de la isla. Junto a ellos 25 guardias de seguridad contratados por el ayuntamiento, además de voluntarios de Protección Civil de varios municipios, Bombers de Mallorca, voluntarios de Cruz Roja y personal médico del 061. El importante dispositivo no ha evitado que a lo largo de la tarde se relacionaran incidentes relacionados con el consumo de alcohol, botellones en diferentes puntos de Sóller y alguna incidencia sanitaria relacionada con la pirotecnia. Otros protagonistas han sido los turistas despistados que se han visto inmersos en el Firó sin saber muy bien lo que se celebraba en Sóller. Las caras embadurnadas de negro han sido fiel testimonio del paso del Firó entre los turistas y visitantes. 

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Firó de Sóller 2022 J. Mora/M. Mielniezuk

Un Firó sin escopetas

Se da la circunstancia, además, que este año el Firó se ha visto afectado por un cambio normativo que se produjo en 2020 en plena pandemia. Una modificación del Reglamento de Armas prohibió el uso de escopetas en la fiesta, por lo que este lunes el Firó ha perdido los más de 10.000 disparos de fogueo que cada año salían de los cañones de estas armas. 

A efectos prácticos solo han podido participar doce trabucos y cuatro espingardas, unas armas de carácter histórico que emulan las de la época que sí pudieron utilizarse durante las batallas. Estas armas han disparado 16 kilos de pólvora negra. El ruido y el humo que han provocado estas armas históricas se han complementado con los más de 40 kilos de material pirotécnico (petardos y tracas) que se han utilizado durante las recreaciones históricas. De todas formas, se han encontrado vainas de escopeta y la Guardia Civil ha buscado quien llevaba estas armas.

De cara al próximo año, el consistorio de Sóller intentará que el Consell de Mallorca adquiera diversas armas históricas para ponerlas a disposición de municipios como Sóller, Pollença, Andratx o Valldemossa que tienen en común la celebración de recreaciones históricas en las que hasta hace tres años las armas de fuego de caza tenían un papel más que destacado.

Con la victoria de los payeses frente a los moros, ha llegado uno de los momentos más emocionantes de la noche: la interpretación de La Balanguera, que en esta ocasión ha sido entonada por Toni Riutort e interpretada por los Xeremiers de Sóller. Tras el colofón de la fiesta, se ha procedido al traslado de la imagen religiosa de la Mare de Déu de la Victòria des de la parroquia de Sant Bartomeu hasta la pequeña iglesia del Hospital. Ello simboliza el punto y final de tres días de ferias en Sóller que se han rematado con el Firó, que ha regresado más vivo que nunca a su cita del segundo lunes de mayo.