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Campos

Vecinos de sa Ràpita rechazan que el tráfico de la primera línea se desvíe por el interior

Un grupo de residentes ha recogido hasta el momento 856 firmas contra el plan de movilidad urbana sostenible de Campos, ya que, en su opinión, tendrá «consecuencias devastadoras» para la urbanización al aumentar la «inseguridad vial»

Una vista de la avenida que transcurre por la primera línea de sa Ràpita. | T.O.

Vecinos de sa Ràpita se oponen al plan de movilidad urbana sostenible (PMUS) impulsado por el ayuntamiento de Campos, ya que, en su opinión, «tendrá consecuencias devastadoras para los residentes». Su principal crítica se centra en que ese documento prevé una notable reducción del tráfico en la primera línea (avenida Miramar), desviando los vehículos por calles interiores de esta zona residencial.

Este grupo de vecinos, que ha difundido un manifiesto titulado ‘Protegim sa Ràpita’ y que asegura llevar recogidas hasta el momento 856 firmas en apoyo a sus reivindicaciones, subraya que no se oponen a una posible reducción del paso de vehículos por esa arteria litoral en beneficio de los peatones, pero pide que no se elimine el problema en este punto para trasladarlo a otro sitio, al interior del núcleo, donde abundan los chalés y las viviendas de residentes y veraneantes.

«Es una actuación no vista en otro municipio: trasladar una carretera que transcurre perimetral al suelo urbano hacia las calles interiores, transformando calles tranquilas en vías preferentes o rondas», argumentan estos residentes, que señalan que en ese PMUS se contempla la eliminación del carril de sentido a s’Estanyol en la avenida Miramar para convertirlo en una calzada peatonal. «De esta forma quedaría un único carril en este tramo para el tráfico sentido Campos», exponen. Los residentes están preparando su constitución en asociación vecinal para una mejor defensa de sus intereses.

«Es una actuación no vista en otro municipio: trasladar una carretera que transcurre perimetral al suelo urbano hacia las calles interiores, transformando calles tranquilas en vías preferentes o rondas»

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Este diario contactó ayer con la alcaldesa de Campos, Francisca Porquer (PP), para conocer la versión del Ayuntamiento, pero rechazó hacer declaraciones sobre este tema.

Los residentes alertan de que, si el proyecto se llega a materializar, el desvío del tráfico hacia el interior provocaría un aumento del ruido, de la «inseguridad vial para viandantes y ciclistas», un «mayor riesgo de accidentes debido al mayor número de cruces» y la «imposibilidad» de que los niños puedan jugar en esas calles de segunda línea como vienen haciendo hasta ahora.

Argumentan que un «buen plan de movilidad sostenible» debería realizar propuestas para «conseguir una movilidad más sostenible y potenciar los patrones de movilidad más eficientes energética y ambientalmente».

«Pedimos que las propuestas se basen, en todo el núcleo, en un urbanismo sostenible donde las calles sea para los ciudadanos, las bicicletas y las infraestructuras verdes», aseguran los promotores de la iniciativa, que cifran en 3.000 los vehículos que pasarían al día por el núcleo residencial si se lleva a cabo esta modificación circulatoria, según los datos de intensidad media diaria de coches, una estadística del Consell.

‘Change.org’

Este grupo de vecinos, que ha abierto también una petición de apoyos en la plataforma Change.org, está preparando sus alegaciones al entender que «otro PMUS es posible». Un PMUS, aseguran, que ponga a las «personas como elemento primordial».

Una de sus propuestas es que se analicen todas las alternativas, por ejemplo la carretera Ma-6014, como «posibles vías para solucionar los desplazamientos entre Palma y sa Ràpita, evitando así el tramo más peligroso de la carretera Ma-6015 hasta s’Estanyol».

Además, otra de sus peticiones es que se fomente la coordinación entre los ayuntamientos de Campos y Llucmajor a fin de alcanzar «soluciones conjuntas» para mejorar la movilidad entre s’Estanyol y sa Ràpita.

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