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La odisea de tener cabras asilvestradas como vecinas

La visita del rebaño caprino ha acabado con la paciencia de los propietarios de las fincas vecinas de la montaña de s’Esquerda ya que los animales devoran olivos y plantas, además beben de sus piscinas

La odisea de tener cabras asilvestradas como vecinas

Una población considerable de cabras asilvestradas, que vive en la montaña de s’Esquerda en el municipio de Sant Llorenç, han acabado con la paciencia de algunos propietarios de las fincas vecinas. Es el caso de una vivienda situada a los pies de la montaña, propiedad de unos ciudadanos alemanes y de la cual el llorencí A.G. es el encargado de su mantenimiento. Este vecino relata como los vallados ya no son suficientes para parar al rebaño caprino que se planta en la casa para obtener comida y bebida. Así, olivos jóvenes, enredaderas, plantas del jardín y hasta las mismas hojas de las chumberas están devoradas por las cabras. Eso en cuanto a comida. Y es que si tienen sed, estas ‘vecinas’ no lo dudan y acuden a beber en la pequeña piscina que hay junto a la casa.

La odisea de tener cabras asilvestradas como vecinas Biel Capó

Para acceder al recinto vallado, lo hacen a través de la rejas y la concertina hasta conseguir entrar en el interior. Aunque el encargado de la finca asegura que las cabras asilvestradas ya han encontrado otro acceso para evitar las concertinas. Así, saltan des de la ladera de la montaña, aprovechando la altura del desnivel, sobre un porche de madera que hay junto a la piscina y de aquí al suelo. Pero la verdad es que no ha sido el único susto para los usuarios de la piscina. Un invierno, cuando la piscina se encontraba tapada y durante una temporada que no había gente en la casa, se encontraron un ejemplar muerto en el agua, después de intentar beber en la piscina.

La problemática, según cuenta el vecino llorencí, se remonta a hace muchos años, pero reconoce que siempre una persona de Medio Ambiente del ayuntamiento de Sant Llorenç era la encargada de disuadir a los animales que se acercaban a la casa con la ayuda de unos vecinos de Artà. Pero las cabras, tardaban más o menos, pero retornaban y de esta manera se les volvía a ahuyentar. Recientemente, asegura, que esta persona esta destinada a otra área y desde el Ayuntamiento llevan meses sin poner solución al problema. Lamenta estar inmerso en una burocracia que no evita que las cabras se coman la plantas o le derriben el cercado, por lo que piden una solución rápida a su problema. 

La odisea de tener cabras asilvestradas como vecinas bc

Desde el Ayuntamiento admiten que existe esta problemática y que aseguran que es bastante generalizada en las vivienda de la zona de s’Esquerda y s’Arboçar, pero al ser competencias de la conselleria de Medi Ambient, el Consistorio actúa únicamente como interlocutor y lo único que hace es ponerse en contacto con una empresa de Artà, que tras conseguir los permisos pertinentes cazan varios ejemplares. Se trata de una labor que también realizan de manera voluntaria y con los correspondientes permisos de la conselleria.

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