La imagen de las máquinas tapando la piscina del hotel Mar y Paz de Can Picafort ha tenido un gran impacto emocional entre los vecinos del núcleo costero ubicado en el municipio de Santa Margalida. Estos días, muchos residentes ven con tristeza cómo se pone fin a un icono indispensable para entender los veranos de Can Picafort desde hace 52 años.
Algunos residentes ilustres de Can Picafort han expresado su decepción con el desenlace. Es el caso de la actriz Pepa Charro (la popular Terremoto de Alcorcón), que vive a pocos metros del Mar y Paz: «El orgullo de una forastera ‘canpicaforteña’ desaparece. Bienvenidos los paseos marítimos sin personalidad ni historia, sin recuerdos y con gradas. ¿También va a programar culturalmente Costas? ¿Tenemos que ser Thyssen para encadenarnos a nuestra historia y que nos dejen...?».
Por su parte, el director de cine Toni Aloy, otro residente en el núcleo costero, se muestra contundente al afirmar que «se han cargado mi lugar preferido de la isla, ya es tarde para decir nada más». «En lugar de cuidar las joyas del pueblo se dedican a llenarlo de ‘carotas’ grandes y feas que valen un dineral», añade en referencia a las esculturas de Joan Bennàssar que se han instalado en diferentes puntos de la primera línea.
