Entidades cívicas y ecologistas como SomPortocolom, Terraferida y Salvem Portocolom han solicitado formalmente al ayuntamiento de Felanitx que descarte de forma definitiva el desarrollo de una nueva urbanización en la zona de sa Capella, ubicada en el núcleo antiguo del puerto ‘felanitxer’, y que apueste por la rehabilitación de viviendas y la preservación del suelo rústico, evitando de esta forma nuevos crecimientos urbanísticos en zonas todavía no transformadas. 

Las tres entidades presentaron hasta 35 alegaciones al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), documento que debería someterse a «cambios sustanciales» para aspirar a una «mejora ambiental, territorial, urbana, de movilidad y organizativa» mediante una rebaja de las expectativas de crecimiento urbanístico y turístico que se contemplan en el texto normativo. Estos colectivos avisan que puede pasar «mucho tiempo» hasta que se pueda revisar el PGOU de Felanitx, por lo que «estamos ante una ocasión única para plantear medidas de contención a la altura de los retos climáticos, ambientales y demográficos que vivimos».

Por ello, creen que el mantenimiento en el PGOU de la futura urbanización de sa Capella responde a criterios ya desfasados, ya que «se trata de un falso urbano proyectado ya en el PGOU de 1969 y que se ha mantenido por pura inercia a pesar de que no tiene ningún sentido». El proyecto se ha topado con una gran oposición vecinal, ya que los residentes recogieron más de 500 alegaciones en pocos días contra este nuevo plan urbanístico.

Las tres entidades consideran que la urbanización propuesta en la zona histórica de sa Capella es una de las actuaciones «más discutibles» e «impactantes» del Plan General porque, además del número de viviendas proyectadas, «supondrá el crecimiento del núcleo a costa de urbanizar un espacio rural bien conservado y anexo a la zona protegida de s’Algar y es Riuetó». «Una vez abiertas nuevas calles, este espacio podría seguir creciendo en futuras modificaciones, lo que sería desastroso para Portocolom», argumentan.

Y es que el valor de este espacio «va más allá del natural, ecológico y paisajístico». En esta zona se catalogó un conjunto de cuevas subterráneas de importancia internacional y que «suman diversos kilómetros de galerías espectaculares con varias figuras de protección». El PGOU permite en la zona urbanizar casi 4.000 metros cuadrados de nuevas calles y viviendas.