Los propietarios de la Fàbrica Nova, el último edificio de Sóller que simboliza el pasado de la floreciente industria textil del municipio, han presentado un contencioso contra el ayuntamiento para reclamar que el municipio les expropie el complejo al estar catalogado como equipamiento público en el Plan General.
La presentación del recurso se produce después de que el Jurado Provincial de Expropiación Forzosa de Baleares desestimara la petición formulada por la propiedad, que instó la expropiación por la que reclamó al ayuntamiento de Sóller 4,7 millones de euros. Uno de los argumentos que presentaron los promotores del proceso es que el edificio industrial fue catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 2018 por el Consell de Mallorca. De acuerdo con la defensa del Ayuntamiento, la declaración de BIC anuló tácitamente la catalogación como equipamiento que contemplaba el planeamiento urbano de Sóller. Por eso, el Jurado de Expropiación acabó por desestimar el recurso, dejando la puerta abierta a que la reclamación se efectúe contra el Consell por ser la administración que promovió la protección del edificio industrial ubicado en pleno centro de Sóller. El ayuntamiento se ha personado en la causa que se sigue en los tribunales ordinarios de lo Contencioso-Administrativo de Palma.
Precisamente el lunes, el PP de Mallorca que dirige Llorenç Galmés reclamó al Consell de Mallorca que adquiera el inmueble y que, tras rehabilitarlo, lo dedique a usos culturales o museísticos. Tanto Galmés como el alcalde de Sóller, Carlos Simarro, recriminaron la actitud del Consell y su presidenta, Catalina Cladera, por haber protegido el edificio y desentenderse de su compra.
