La conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación ha informado de forma desfavorable al proyecto de construcción de un parque fotovoltaico en una finca rústica de Binissalem porque los terrenos tienen un uso agrario productivo y porque reúnen unas características «aptas» para que se mantenga la actividad agraria y ganadera. El informe de Agricultura tiene carácter preceptivo y vinculante.

Así se estipula en la resolución de la comisión balear de Medio Ambiente, que ha decidido someter el proyecto de parque fotovoltaico a una evaluación de impacto ambiental ordinaria porque «se prevé que pueda tener efectos significativos sobre el medio ambiente». La comisión medioambiental avisa que «de la existencia de un informe desfavorable» por parte de la conselleria de Agricultura «se deriva la posible inviabilidad jurídica del proyecto».

La planta solar se localiza íntegramente en la finca rural de Es Pelai, ubicada en el municipio de Binissalem, cerca de la vecina localidad de Lloseta. La finca donde se ha proyectado la infraestructura tiene una superficie de 348.932 metros cuadrados, de los que el parque ocuparía una extensión de 99.656 metros cuadrados. Según el Plan Territorial de Mallorca, la parcela está ubicada en una zona declarada como suelo rústico general.

El parque estaría compuesto por 23.328 módulos solares que generarían una capacidad máxima de 9,5 MW.

Según se plasma en la resolución medioambiental, en la documentación presentada por la promotora del parque se indica que la finca de Es Pelai es de «baja rentabilidad agrícola», aunque esta afirmación «se contradice» con el informe emitido por el servicio de Agricultura, que asegura que la parcela figura como una explotación agraria clasificada como «prioritaria» y que el titular de la explotación declara los cultivos para «acogerse al régimen de ayudas» de la Política Agraria Comunitaria (PAC).

Así como otras administraciones han informado a favor del proyecto, aunque con algunas prescripciones, Agricultura realizó sus propias inspecciones y comprobó que la finca en cuestión cuenta con una plantación de almendros y observó que se habían realizado tareas de arado recientemente. «Son parcelas que en los últimos años y actualmente no han sido abandonadas y forman parte de una explotación agraria típica de la zona con el nivel de productividad característico de esta comarca», señala el informe de Agricultura.

También destaca que la finca está ubicada cerca de un núcleo urbano y que el suelo es de buena calidad, además de no presentar pendientes, por lo que no puede calificarse de «terreno marginal, degradado o de baja productividad». Por todo ello, Agricultura informa en contra del proyecto.