Por lo menos de momento, se cumple lo prometido y autorizado. La nueva propiedad del hotel Formentor lo ha dejado en sus huesos arquitectónicos para dotarlo de nuevo cuerpo de modernidad en cuanto a servicios y rentabilidad turística.
Es un equilibrio complejo que requiere de una dieta inquebrantable y precisa porque el cuerpo a estilizar, sin privarle de la personalidad adquirida, no es un edificio ni un hotel cualquiera. Por tanto, hay que cuidar y mantener algo más que el aspecto físico. El hotel Formentor es uno de los grandes símbolos del turismo de prestigio y calidad en Mallorca ligado, además, a la cultura en un entorno natural único. El listón, por tanto, permanece muy alto y no se conoce motivo ni conveniencia para bajarlo. El establecimiento renacerá de veras el día que dé nueva muestra de su vitalidad interior.