Sant Joan pierde a uno de sus iconos humanos hecho presencia constante, próxima, cordial y generosa. Era su forma de ejercer el sacerdocio, el instrumento esencial de toda una vida plena y larga, eso que, en términos más genéricos, se llama vocación. mossèn Gabriel Ferriol ha fallecido este sábado en su Sant Joan de siempre, su pueblo natal pero también su mayor y mejor ámbito de acción pastoral. El funeral en su memoria será este martes a las 20 horas en la parroquia de Sant Joan. Recibió sus primeras órdenes menores en 1947 y en junio de 1950 fue ordenado sacerdote. Se estrenó como tal en la parroquia de Felanitx de la que fue Vicario hasta 1958, año en que se trasladó a Sineu como párroco. En 1971 llegó a Sant Joan tras la jubilación de mossèn Bartomeu Bauzà. Ya se quedaría para siempre en su pueblo. La  jubilación le llegó en 1993. En su caso fue puro trámite, un nuevo estado en términos oficiales y un cambio de actitud entendida como servicio y colaboración con los párrocos que le han sucedido. Ha sido una propina de casi tres décadas, un plus y una alegría de la vida que ha durado hasta que sus fuerzas han declinado por puro deterioro natural. “La vellura no té cura” pero también puede ser vida y entrega plena. Mossèn Ferriol lo ha llevado a la práctica con discreción y eficacia. Deja la huella que no se percibe cuando se impregna pero no queda marcada en vano.

De hecho, el actual rector de Sant Joan, Toni Riutort, ha asegurado que “don Gabriel se había convertido en una gran ayuda” a nivel de celebraciones. “Era el testimonio de un hombre que en sus 98 años estaba lleno de ilusión y pasión pastoral y de interés para que las personas amaran a Jesús”. Gracias a don Gabriel la parroquia de Sant Joan hasta hace un mes y medio había podido mantener las misas diarias.

En la parroquia de Sant Joan, mossèn Gabriel Ferriol tuvo la satisfacción de finalizar las obres del templo parroquial cuando estaban a punto de cumplirse los 50 años del inicio de su construcción. Completó la serie de estatuas de los doce apóstoles sobre la balustrada de las tribunas con las dos que faltaban, obra del escultor Josep A. Horrach. Fue en las fiestas patronales de 1976 cuando se completó el artesonado del templo, quedando listas las obras que habían empezado en febrero de 1927. Entre otras de sus obras, cabe destacar la iniciativa del rector Ferriol en 1989 de filmar un vídeo sobre la historia y el patrimonio artístico de la parroquia. En 1991 se completó la capella de La Sang, donde se colocó una pintura de mossèn Llorenç Bonnín. En 1992 se renovó el batiport del portal mayor, recuperando la “bella traça original”. Este es su legado material inseparable de una labor pastoral de proximidad, en su caso más bien de vecindarios. Ambas garantizan que la buena memoria de Gabriel Ferriol y los frutos de su trabajo ya queden impregnados para siembre en el legado y el patrimonio colectivo de Sant Joan.