No se puede dar respuesta a la excesiva demanda turística en el sector de la navegación. Fue la frase que más se repitió ayer entre las diferentes entidades que participaron en una mesa redonda para debatir sobre el Plan General elaborado por Ports de les Illes Balears. Según coincidieron en destacar, la clave para preservar el archipiélago balear pasa por apostar por las embarcaciones tradicionales y sostenibles, y ordenar los recursos existentes «sin crecer más». Un punto que estuvo en boca de todos los presentes al igual que el cambio climático, que «debe combatirse cuanto antes».

El portavoz de la plataforma Salvem Portocolom, Miquel Àngel Lobo, fue el más crítico con la administración pública. Según denunció, en Portocolom y Sóller se insiste en crecer y puso como ejemplo el proyecto que contempla ampliar 50 metros el puerto comercial de Portocolom, así como la construcción de la polémica rampa en la zona del Corso o de unos aparcamientos para remolques en sa Bassa Nova. «Estamos pensando localmente pero actuamos de manera bastante penosa», insistió Lobo, al tiempo que expresó su «decepción» por este Plan General. «Nosotros no nos conformamos con las buenas palabras [de Ports IB] y lo queremos ver por escrito», sostuvo.

En la misma línea se pronunció Bartomeu Rosselló, del Cercle Mallorquí de Negocis, quien defendió que poner más cemento en las islas es «insostenible». En palabras de Rosselló, Ports IB no puede utilizar el exceso de demanda turística para justificar según qué actuaciones, y apeló a que «sale más a cuenta proteger que consumir».

Para Damià Gomis, del Laboratorio Interdisciplinario sobre Cambio Climático de la Universitat de les Illes Balears (LINCC), el punto álgido del debate está en las emisiones. Según aseguró, en el Plan General echa en falta medidas que cuantifiquen cómo evolucionarán las emisiones en los próximos años en Balears, porque -apuntó- si mantenemos las actuales vamos abocados al «desastre».

En palabras de Gomis, el cambio climático es un hecho y mientras antes comencemos a aplicar medidas, menos drásticas serán. «Está en nuestra mano controlarlo o dejar que se nos escape de las manos», señaló.

También para la entidad Marilles combatir el cambio climático es una de sus prioridades a fin de conservar el archipiélago balear. Desde la asociación se insistió en que, a priori, el Plan General contempla crecer, lo que aumenta la contaminación y la presión al medio marino. «Debemos ordenar lo que tenemos, pero nunca crecer», indicó Raquel Vaquer, miembro de la entidad.

Por otro lado, Toni Estades, como presidente de la asociación de Clubs Nàutics de Balears, defendió al sector y aseguró que el futuro de la navegación pasa por las embarcaciones sostenibles. Por ello, cuestionó que se dé tanta relevancia a la demanda turística y propuso instalar infraestructuras desmontables para dar respuesta a esta demanda estacional.

Ports, abierto a cualquier propuesta

Por su parte, el director general de Ports IB, Xavier Ramis, sostuvo que el Plan General, todavía sin aprobar, es una herramienta fundamental para poner límites en este ámbito («ya que actualmente no existen»), y defendió que la postura de la administración es «no crecer más».

Ramis valoró muy positivamente la alta participación en este proceso y apuntó que muchas de las demandas han sido incluidas en el plan como la protección a las embarcaciones tradicionales, añadir un campo de boyas en Portocolom o trabajar más en la línea de las energías renovables.