El ayuntamiento de Sóller considera que la instalación de boyas ecológicas en la bahía podría detener la regresión de la pradera de posidonia, que a consecuencia de la actividad humana ha quedado reducida a la mitad.
El alcalde de Sóller, Carlos Simarro, ha defendido la instalación de estas boyas «porque pensamos que detendría la proliferación de muertos de fondeo o el lanzamiento de anclas en el Port», dos de los factores que han incidido en la regresión de las praderas.
Tal y como reveló un estudio que ha elaborado Ports de les Illes Balears, se pone de manifiesto en la bahía de Sóller hay tanta posidonia muerta como viva. Además de causas naturales que habrían propiciado la regresión, el estudio señala como factores determinantes los fondeos, anclas, los vertidos y la acción, en general, de las embarcaciones que transitan por la bahía.
Por este motivo, Simarro señala también que la renovación del emisario «es necesario porque está comprobado que las aguas residuales son una causa que daña la posidonia», por lo que ha vuelto a reivindicar al Govern «medidas concretas para reparar y alargar la tubería procedente de la depuradora para acabar con los vertidos en el interior de la bahía».
En cuanto a las boyas ecológicas, el alcalde ha defendido que sean de gestión municipal. Cabe recordar que recientemente el municipio presentó alegaciones al Plan General de Puertos que ha elaborado el Govern. Este documento prevé la creación de las boyas de fondeo, pero el Consistorio quiere que su gestión sea municipal en vez de que lo haga Ports de Balears.
Las conclusiones del informe de Ports al que tuvo acceso este diario apuntan a que un 30% del fondo marino del Port está cubierto por posidonia viva, mientras que un 28% de la superficie submarina está cubierta por planta que ya está muerta. Es decir, frente a los 41.000 metros cuadrados de pradera de posidonia que todavía está viva, bajo las aguas del Port hay otros 37.000 metros cuadrados en los que ya ha muerto.
El informe apunta como causas antrópicas que han propiciado la desaparición de una planta protegida y clave para la vida submarina los vertidos, el efecto de los motores de las embarcaciones, anclas y muertos para el amarre de embarcaciones, entre otros.
