El antiguo convento de los Dominicos de Lloret de Vistalegre, actualmente en fase de reforma integral, podría convertirse en el primer parador nacional de Mallorca y tal vez el primero de Baleares, teniendo en cuenta el retraso que acumula la reconversión del castillo de Dalt Vila de Eivissa en un establecimiento turístico de estas características. El ayuntamiento del municipio del Pla ya ha formalizado ante la dirección general de Turismo del gobierno central la propuesta de convertir las dependencias del convento en un parador incluido en la red nacional, después de haber informado sobre sus pretensiones a la asociación pública de Paradores de Turismo de España.
Mientras el ayuntamiento llorità espera la respuesta de Madrid, ejecuta las obras de reforma de las antiguas dependencias religiosas, que también albergan la sede de la corporación municipal. El proyecto se desarrolla en dos fases que avanzan a distintas velocidades. Por una parte, la primera fase, consistente en la recuperación de la volumetría original del convento que se perdió durante la desamortización, está en la recta final y finalizará el próximo mes de diciembre. La segunda fase, en la que se reformará el antiguo edificio que ocupaban las monjas franciscanas, concluirá el próximo mes de marzo de 2022, cuando el Ayuntamiento espera obtener el final de obra de todo el conjunto arquitectónico.
Cuando la reforma esté finalizada, todo el convento estará interconectado. Una parte se reservará al uso turístico y otra a las dependencias municipales, aunque compartirán algunas dependencias. En total, la inversión será de 1,1 millones de euros, de los cuales 660.000 euros se han invertido en la primera fase y 420.000 euros en la segunda. El proyecto cuenta con una aportación económica importante del Consorcio Bolsa de Alojamientos Turísticos.
A pesar de que todavía no hay confirmación oficial de que el convento se convertirá en un parador turístico, el Ayuntamiento ha enfocado el proyecto de reforma hacia esta posibilidad. La primera opción es la de abrir un parador que cuente con unas quince habitaciones, pero si no es posible queda la opción de habilitar un hotel de interior o incluso una residencia de iniciativa privada.
Valor patrimonial
El alcalde de Lloret, Antoni Bennàsar (Endavant Lloret), explica que el antiguo convento «reúne todos los requisitos que se reclaman a un parador», ya que se trata de un edificio histórico con un «elevado valor patrimonial» que de ningún modo competirá con la planta hotelera de Mallorca, concentrada en la costa.
En caso de que Madrid acepte la propuesta de Lloret, Patrimonio Nacional pasaría a gestionar directamente las dependencias del futuro parador, por lo que se firmaría un convenio para definir el funcionamiento del convento como hotel de interior y el modelo para compaginar las funciones turísticas y los usos municipales, ya que «existen muchos espacios comunes que podrían compartirse, como el claustro interior», según el alcalde.
«Para nosotros sería un impulso económico importante porque permitiría dinamizar la economía local y crear puestos de trabajo», explica Antoni Bennàsar. También supondría una fuente de ingresos económicos para el Ayuntamiento, ya que recibiría un canon anual de Patrimonio Nacional por gestionar el parador.
