La borrasca Blas ha dado este domingo por la mañana una tregua y ha permitido que la ciudad de Inca disfrutase a la antigua usanza, casi como antes de la pandemia sanitaria, de su última feria antes del Dijous Bo del próximo 18 de noviembre. Fue un ensayo satisfactorio antes de la celebración de la esperada Fira de fires tras un año de parón obligado.

Animada por un tiempo soleado, aunque todavía ventoso, la Fira d’Època i l’Art no ha defraudado las expectativas y ha animado las calles del recinto ferial con centenares de personas ávidas de atracciones para todos los gustos.  Música callejera, animación infantil, cercaviles, espectáculos circenses y cuentacuentos han amenizado la feria durante toda la jornada en las zonas más céntricas de la ciudad, donde el mercado de inspiración medieval ofrecía todo tipo de productos comestibles y artesanales.

La quinta edición del Rata Market, ubicada en el claustro de Sant Domingo, y el espacio Creativissim, en la Fàbrica Ramis, una de las novedades de la feria, han tenido una gran aceptación entre el público. No obstante, uno de los principales atractivos de la feria, la Nit del Vi, que debía celebrarse en la noche del sábado en el cuartel General Luque organizada por la entidad Activa’t Inca, tuvo que ser aplazada por el mal tiempo y todo apunta a que se celebrará el próximo fin de semana.