La huelga indefinida de recogida de basuras y limpieza urbana ha llegado a su fin. Al menos, de momento. La asamblea de trabajadores del sector celebrada ayer en la sede palmesana de CCOO votó a favor de aceptar el preacuerdo alcanzado en la pasada madrugada por 234 votos favorables y 94 negativos. De esta forma, la huelga queda aplazada, pero no desconvocada, lo que se traducirá en una vuelta al trabajo por parte de las plantillas de las diferentes adjudicatarias de la isla, que al mismo tiempo se mantendrán vigilantes para que se cumplan los acuerdos y no se produzcan represalias contra los huelguistas. La huelga sigue convocada, por lo que en cualquier momento podría reactivarse si así lo consideran los trabajadores.

La protesta laboral se originó porque algunos trabajadores dependientes de subcontratas no tenían la cobertura del convenio autonómico que está en negociaciones. El preacuerdo, alcanzado a las 4 horas de la pasada madrugada, contempla su incorporación y que los aspectos pendientes queden cerrados en el plazo de 15 días. Miguel Pardo, portavoz de CCOO, explicó ayer que se constituirá un grupo de trabajo que se encargará de «cotejar» cada uno de los casos municipales con el objetivo de que todas las contratas en vigor puedan incorporarse al convenio autonómico «en el plazo máximo de seis meses o un año». También existe el «compromiso escrito» de los ayuntamientos de que no ejecutarán las prórrogas que permiten los contratos con las empresas de recogida de residuos y limpieza viaria, por lo que de esta forma se reducirán los plazos para lograr una uniformidad en las condiciones laborales.

Entre los casos más complicados que deberán abordarse figuran los de Llucmajor, Capdepera o las Mancomunidades del Raiguer y del Pla, entre otros, según fuentes sindicales. 

El acuerdo incluye mejoras salariales para alcanzar los 18.000 euros en el caso de los peones y de 21.500 en el de los conductores, además de incrementos de 200 euros anuales. A partir del 26 de octubre se iniciarán las negociaciones entre los ayuntamientos y las empresas para que los trabajadores puedan beneficiarse de las condiciones del nuevo convenio.

Sin sanciones y sin sueldo

Uno de los puntos del acuerdo se refiere al «compromiso» de la Felib de instar a los ayuntamientos a no sancionar ni repercutir en las empresas el coste de la huelga para que estas no descuenten los parones de las nóminas de los trabajadores. En este caso, CCOO se compromete a retirar la basura acumulada en el plazo de 24 horas, pero si finalmente se descuentan las jornadas de huelga los empleados se limitarán a llevar a cabo una jornada ordinaria de trabajo, por lo que se precisarían de servicios extraordinarios para realizar la limpieza de forma integral.

No obstante, el presidente de la Felib, Antoni Salas, explicó ayer que la federación ha decidido proponer a los consistorios que no se sancione a los trabajadores por no llevar a cabo los servicios mínimos estipulados, pero sí que se descuenten los días no trabajados de las nóminas de los empleados porque, según indicó, «nadie paga por lo que no recibe». Salas valoró de forma positiva la aprobación del preacuerdo y calificó de «hecho histórico» el futuro convenio sectorial autonómico, el primero de todo el Estado.

Denuncian que no se han cumplido los servicios mínimos en varios municipios

Este lunes, el paro, ahora aplazado, en la recogida de basuras sumaba cinco días, lo que se notó en la acumulación de basuras en determinados municipios. Uno de ellos fue Felanitx. Y es que, según lamentó la teniente de alcalde Catalina Soler, los servicios mínimos no se cumplieron. «El municipio ha amanecido lleno de basura. Si el objetivo es que fuésemos conscientes de que tendríamos el municipio lleno de basura, lo han logrado», afirmó ayer la responsable de Medio Ambiente del ayuntamiento de Felanitx, que dejó claro que el Consistorio «está atado de pies y manos». Bunyola también fue otro de los municipios que criticó ayer que no se respetaran los servicios mínimos fijados por el Ayuntamiento.

Acumulación de basuras este lunes tarde en Felanitx. Xavier Aguiló