El ayuntamiento de Deià ha remitido a sus ciudadanos una contundente carta en la que arremete contra la banca después de que la última sucursal que existe en el municipio haya anunciado su inminente cierre. El escrito, rubricado por el alcalde Lluís Apesteguia, califica de «vergonzoso» el proceso que «han sufrido muchos pueblos con la clausura» de diferentes sucursales bancarias, un hecho que atribuye al «capitalismo desregularizado» que actúa «en interés de una minoría que cada vez acumula más y más dinero».
En su misiva, el alcalde asegura que los bancos «no tienen voluntad de servicio hacia las necesidades de la gente normal y de las pequeñas comunidades» y pone de manifiesto su malestar con el cierre de la sucursal que dejará a Deià sin oficina bancaria.
El alcalde ha anunciado la celebración de reuniones con distintas entidades «éticas» por si estuvieran interesadas en abrir sucursal en el pueblo, y prevé convocar a los alcaldes de municipios que tienen la misma problemática para hacer un frente común. Apesteguia no descarta incluso las movilizaciones ciudadanas «por si fueran necesarias».
En su escrito remitido a los deianencs, Apesteguia pone de manifiesto que el cierre de la última sucursal generará problemas a los ciudadanos y a las pequeñas empresas que están instaladas en el municipio, que a partir de ahora deberán hacer sus gestiones en las oficinas bancarias de Sóller o Valldemossa al ser las más próximas al pueblo.
El alcalde recuerda en su carta que dinero público sirvió para rescatar los bancos en la anterior crisis económica «debido a sus malas praxis» y concluye que tras recibir el dinero público estas entidades «han recortado plantillas, clausurado oficinas, cobran por cualquier servicio y perjudican a empresas y particulares para el desarrollo de un proyecto de vida normal en el pueblo». El alcalde lamenta que el cierre afectará especialmente a las personas que no disponen de vehículo particular.
