Sin la procesión de la Verge del Carme, la Fira estuvo marcada por el dispositivo organizado en torno a la Plaza de Sant Jaume, convertida en un circuito cerrado por controles de acceso. Unas 3.500 personas entre locales y turistas se acercaron hasta las paradas de los feriantes, necesitados de actividad tras muchos meses de restricciones.

Portocolom celebra su Fira Marinera | X.AGUILÓ