La final de la Eurocopa entre Inglaterra e Italia se disputó el pasado domingo en el templo inglés de Wembley, a miles de kilómetros de distancia de Mallorca, pero sus ramificaciones se hicieron sentir en la isla, en forma de alteraciones del orden público.
En el Port d’Alcúdia, por ejemplo, cuando acabó el partido, se produjeron varias peleas en la zona de la calle Pere Mas i Reus, según informó la Policía Local en sus redes sociales. Las patrullas de la Policía y de la Guardia Civil acudieron al lugar para calmar los ánimos futbolísticos y etílicos, así como para auxiliar a los heridos. Entre ellos el que resultó herido de más gravedad fue un hombre que perdió todas las piezas dentales y tuvo que ser trasladado al hospital.
Las fuerzas de seguridad se desplegaron igualmente en el otro templo inglés por excelencia de Mallorca, Magaluf (Calvià), para prevenir posibles incidentes.
Corte de Punta Ballena
El servicio nocturno de la Policía Local de Calvià, en colaboración con 19 operativos de la Benemérita, se desplegó por la zona, donde comenzaron a producirse aglomeraciones. Esta circunstancia obligó a que, durante el descanso del Inglaterra-Italia, se tuviese que cerrar la principal arteria de ocio nocturno de la localidad, Punta Ballena.
Durante el desarrollo posterior del partido, incluidas las tensas prórrogas y tanda de penaltis, los agentes no tuvieron que intervenir por ninguna incidencia, según informaron ayer desde la Policía de Calvià.
Tras confirmarse la derrota inglesa en la final de la Eurocopa, sí que se produjeron algunos conatos de peleas que fueron neutralizados enseguida por el potente dispositivo policial.
La otra circunstancia reseñable de la noche desde el punto de vista de la actuación policial fue el desalojo de la playa de Magaluf sobre las dos de la madrugada.
En todo caso, la Policía señaló que en este arenal se había concentrado menos gente que en los días anteriores. En declaraciones a Ràdio Calvià, el alcalde socialista Alfonso Rodríguez Badal valoró la actuación conjunta entre la Policía Local y la Guardia Civil para evitar que el domingo se produjeran imágenes de excesos que enturbiaran la reactivación turística que empieza a atisbarse en plena crisis del coronavirus.
«Siempre luchamos contra los excesos, pero este año aún más, porque esas imágenes de excesos hay que evitarlas, ya que pueden hacer daño a la reactivación turística», argumentó Rodríguez Badal, quien destacó que en puntos del municipio como Peguera ya ha empezado la temporada gracias a la pujanza del turismo alemán, «con porcentajes elevados de aperturas y ocupaciones». En otras zonas que tradicionalmente se nutren del mercado británico, como Santa Ponça y Magaluf, la recuperación va más lenta con una paulatina apertura de hoteles, siempre con la vista puesta en el semáforo con que las autoridades británicas catalogan a los destinos.
El alcalde de Calvià enfatizó todo el esfuerzo realizado por la sociedad balear para mejorar la situación sanitaria en los últimos meses, pero recordó también que hay que «seguir protegiéndose contra el virus».
