Los restauradores y los comerciantes de Llucmajor ayer hicieron oír su voz ante «el silencio de las instituciones que no responden a nuestras reclamaciones». «Nos sentimos indefensos porque estamos en un momento crítico en el cual nuestro lema de ‘Se Traspasa’ puede convertirse en una realidad debido a la falta de ingresos y a los créditos que muchos hemos tenido que solicitar al banco», explicó desde el bar Aràbic, Jaume Ripoll, que lleva 26 años con el negocio abierto.

Y es que según relató la treintena de empresarios locales que alzó su voz en la plaza de Llucmajor, están inquietos porque tanto el ayuntamiento como el Govern «argumentan que los recursos económicos sólo se pueden destinar a las ayudas sociales, unas ayudas que nosotros consideramos prioritarias; pero nos dicen que no se pueden habilitar nuevas partidas presupuestarias para afrontar los problemas de los sectores de la restauración, el pequeño comercio o los negocios arraigados al pueblo», insistió durante la lectura del manifiesto la responsable de la tienda Objetario, Lucía Contreras. Ante esta situación «pedimos que los cargos públicos locales y autonómicos promuevan la reducción de un 30 por ciento de sus retribuciones y, en consecuencia, dediquen estos recursos económicos a los servicios sociales y a la economía local», concluyó el manifiesto que los empresarios locales utilizan como argumentario para la campaña de recogida de firmas de apoyo entre los vecinos de Llucmajor. «No vamos en contra de ningún partido ni a favor de determinadas siglas, no tenemos nada que ver con políticos ni con plataformas o asociaciones que no sean de nuestro municipio, sólo nos hemos organizado para que la clase política nos escuche, hemos pasado un año muy difícil y no podemos aguantar más», insistió Jaume Ripoll desde el bar Aràbic. Pero no faltó la presencia de políticos en el acto de ayer. Además de concejales de la oposición, el alcalde Éric Jareño también bajó a la plaza a debatir con los empresarios locales.

«No nos sentimos escuchados»

El alcalde tuvo que oír frases como «no nos sentimos escuchados y no vamos a permanecer en silencio un año más»; o «hablas de competencias municipales pero Algaida y Manacor han ayudado al comercio y aquí nos decís que no se puede». Ante esa situación, Éric Jareño dijo entender la crispación y puso sobre la mesa rebajas de tasas municipales y se comprometió a buscar todas las soluciones posibles, aunque el alcalde se topó con la indignación de comerciantes y restauradores.

El alcalde Éric Jareño bajó a hablar con comerciantes y restauradores. | JOAN SITGES

«Los políticos cobráis cada mes y nosotros no ingresamos nada, dedica el 30 % del sueldo a ayudar a las familias y a las empresas del pueblo», exigieron algunos de los presentes antes de empezar la lectura del manifiesto. «Necesitamos ayudas, si no son directas que se apliquen a partir de rebajas fiscales porque nos obligan a cerrar o a trabajar al 30 por ciento pero seguimos pagando el 100% de impuestos y tasas» se quejó José Miguel García, que regenta el bar Tropical.

Y es que algunos empresarios del pueblo están indignados ante la poca comunicación que existe con el área de comercio. «Es imposible reunirse con la concejala responsable, cada vez que queremos hablar con ella tenemos que hacerlo con su secretaria», se quejaba la comerciante y artesana Esperança Servera. «Los políticos sacan balones fuera, hace unos días nos reunimos con el gobierno municipal y nos dijeron que no había dinero ni ayudas; por eso proponemos que habiliten fondos rebajándose el sueldo», sentenció la comerciante Lucia Contreras.