A principios del presente año, el sistema de transporte público regular por carretera estrenó nuevas líneas, un servicio ampliado en el que tres únicas empresas concesionarias ofrecen nuevas conexiones, menor tiempo de trayecto y una flota renovada de buses que pretende incrementar en un 46% los kilómetros recorridos cada año. La evidente modernización del servicio de buses, unida a la reciente electrificación de la línea ferroviaria de Mallorca, sitúan al transporte público de la isla en el siglo XXI.

Sin embargo, el nivel de satisfacción de los usuarios no va en consonancia con la evolución positiva del servicio. A pesar de que el nuevo sistema tarifario común para el bus, el tren y el metro asume antiguas reivindicaciones como la posibilidad de desplazarse a cualquier municipio con la misma tarjeta o el hecho de que el saldo no caduque, el método, basado en la sustitución de los antiguos abonos de 20 y 40 viajes por una tarjeta monedero que incrementa los descuentos cuanto más se viaja, ha creado una gran controversia entre los viajeros habituales del transporte público, que denuncian una «subida encubierta» de precios. En el caso del tren, la subida del billete sencillo es evidente. El más económico, de cero saltos, que costaba 1,45 euros antes del cambio de sistema, vale ahora 1,80 euros, un 24 por ciento más, porcentaje que supera el 45% en el caso del billete sencillo que permite un salto en el sistema radial de cuatro zonas en el que se divide la isla.

Muchas denuncias se refieren a la masificación de usuarios en el interior del tren. | A.U.T.

El objetivo del Govern con la subida de precio del billete sencillo no es otro que los usuarios adquieran una tarjeta monedero, único sistema a partir del cual los viajeros habituales podrán disfrutar de los descuentos acumulables, que caducan cada mes. Debido a esta circunstancia, las plataformas de usuarios denuncian que el sistema solo es efectivo si el uso del transporte público es diario, pero resulta más caro que antes si a lo largo de un mes natural no pueden usar el bus o el tren por diferentes motivos (días festivos, bajas laborales, teletrabajo, etc.). Además, consideran que el nuevo sistema tarifario no trata de captar nuevos usuarios por la carestía del billete sencillo y porque la tarjeta monedero tiene un coste inicial de ocho euros y la carga mínima para empezar a utilizarlo es de cinco euros, precios difíciles de asumir para alguien que solo usa el transporte público de forma esporádica.

La plataforma de usuarios del tren ha realizado una completa comparativa de precios entre el antiguo sistema y el nuevo teniendo en cuenta todas las casuísticas posibles (de cero a cuatro saltos) y con la misma cantidad de dinero. Por ejemplo, si la antigua T20 de cero saltos costaba 16,80 euros, se ha calculado el coste de veinte viajes con el nuevo sistema partiendo de un saldo de 16,80 euros en la tarjeta monedero. La comparativa consta de ocho tablas (cuatro versiones de la T20 y cuatro de la T40, correspondientes a los cuatro saltos disponibles), y solo en tres de ellas se constata un ahorro para los usuarios «siempre y cuando durante un mes no haya días que por un motivo u otro no se viaje». Si tomamos como referencia el ejemplo anterior basado en la T20 de cero saltos, se observa que con el sistema actual los 16,80 euros de saldo inicial solo alcanzarían para realizar 17 viajes. En cambio, la T40 de cero saltos, que con 25,20 euros permitía 40 viajes, aplicada al sistema de tarjeta monedero dejaría un saldo de 0,60 euros tras el último trayecto, pero solo si los 40 viajes se realizan dentro del mismo mes. Solo esta última comparativa y las correspondiente a las T40 de tres y cuatro saltos premian con un ligero ahorro a los viajeros habituales, según el estudio de la plataforma de usuarios del ferrocarril. En el resto de casos, el mismo dinero que costaban los antiguos abonos no alcanza para cubrir todos los viajes que antes podían realizarse.

Agravio comparativo

Los usuarios también denuncian el «agravio comparativo» entre los diferentes saltos que se corresponden a las distancias recorridas, ya que los viajeros que suelen realizar uno o dos saltos saldrán perdiendo siempre a pesar de utilizar el transporte público con una frecuencia diaria, con subidas de un 7 y un 11 por ciento, respectivamente. Por ello, la plataforma argumenta que «más del noventa por ciento de los usuarios habituales paga más ahora por el transporte ferroviario». Además, sostiene que los viajeros que debido a la crisis realizan teletrabajo salen muy perjudicados con la tarjeta monedero. Ilustran esta afirmación con un ejemplo: un trabajador de Sineu que realiza en un mes veinte viajes en tren entre su pueblo y Palma (tres saltos) pagaba 32,62 euros con la antigua T40, mientras que ahora los mismos viajes le costarían 45,75 euros.

A lo largo del pasado mes de enero y parte de febrero, los viajeros habituales han registrado numerosas quejas sobre el funcionamiento del sistema tarifario en las redes sociales de las plataformas de usuarios. Muchos han explicado sus experiencias personales y ninguno de ellos aplaude las nuevas tarifas. Al contrario, las palabras «estafa» y «abuso» son de las más utilizadas para definir la situación.

Es el caso de una mujer de Alaró que usa de forma frecuente el bus lanzadera hasta la estación ferroviaria para subir al tren en dirección a Palma, a la que, al parecer, se le descuentan diferentes cantidades por el bus y por el billete del tren «cuando con el anterior sistema el billete era integrado». Asegura que ahora con 35 euros puede realizar 25 viajes, mientras que antes con 33 euros alcanzaba los 40 trayectos.

Una usuaria de Lloseta que usa el tren para ir y volver de Palma cada día cargó la tarjeta monedero el lunes 11 de enero con 10 euros. Después de haber viajado el lunes y el martes, el miércoles comprobó el saldo y solo le quedaban 0,85 euros. «Pensaba que esta tarjeta era para premiar la fidelidad, ¿pero a qué precio? Si antes con 47 euros viajaba todo el mes y ahora llevo 20 euros gastados en cuatro días. ¿Cuántos trayectos debo hacer para que empiece a notar este súper descuento de 0,015 euros por punto?», pregunta.

Otro viajero denuncia que, tras haber cargado el saldo el pasado 6 de enero, treinta viajes en tren le han costado 49,41 euros. «1,64 euros por trayecto significa una subida del 42% respecto a la cantidad de 1,15 euros de la T40 anterior», reprocha.