Felanitx vivió su Sant Agustí más atípico. La estampa que dejó la pandemia de la covid-19 este 28 de agosto dista mucho de las imágenes que muchos guardan en su retina cuando se habla de Sant Agustí. Fue una jornada "tranquila, extraña y responsable". El pregón del Cosso fue virtual pero sí hubo Palio, por sorpresa, y con orgullo los Cavallets mostraron su satisfacción de ser los grandes protagonistas de la fiesta. En este Sant Agustí del coronavirus no hubo reivindicaciones pero sí tensión en el seno del equipo de gobierno, cuestiones de celos entre regidores, han abierto una crisis entre los tres socios: El Pi, PSOE y Bloc, una crisis que en este día festivo se intentó apaciguar.

"Debemos ir por partes. Ya habrá días para sentarnos y tratar temas internos. Hasta ahora nuestro objetivo era que Sant Agustí saliese lo mejor posible", explicó el alcalde Jaume Monserrat, que admitió que "hay una cierta tensión", pero aseguró que no irá a más. Su socio socialista Xisco Duarte abogó por seguir manteniendo una postura de "responsabilidad y lealtad". "Apostamos por la postura del entendimiento y por mantener el pacto de gobierno que es lo que Felanitx necesita", zanjó Duarte. Desde el Bloc, Miquel Lluís Mestre reconoció que hay una situación de cierta tensión pero quitó hierro al asunto y no dudó en seguir trabajando "en positivo" para limar asperezas.

Política al margen, Felanitx vivió este 28 de agosto su Sant Agustí más tranquilo. El municipio despertó en silencio. Vacío. Diez minutos antes de las once, Cavallets y Caparrots se dirigieron al Consistorio para ser recibidos por las autoridades municipales. Algunos vecinos, pocos, se acercaron al Ayuntamiento para inmortalizar el paso de los Cavallets en comitiva hacia el Convent de Sant Agustí.

Ya en el templo y con aforo limitado y las distancias de seguridad, unos 200 felanitxers y felanitxeres asistieron a la misa en honor a Sant Agustí y pudieron disfrutar del ball de ses esses noves. Una vez terminada la eucaristía, todo el protagonismo se centró en los Cavallets, que en este 28 de agosto marcado por el coronavirus cambiaron el calor, el jolgorio y las ganas de fiesta de la muchedumbre en las afueras del templo, por una serie de bailes en el interior del templo.

La sorpresa llegó en la última danza con la visita de sa quica del Cosso en el Convent. Pero este Sant Agustí no podía quedarse sin uno de sus emblemas: el Palio. Así, en pequeño comité, el Cosso acompañó a los Cavallets hacia el Ayuntamiento. La alegría de los niños y niñas que interpretaban a los Cavallets era máxima ya que una de sus grandes ilusiones era pasar bajo Palio y escuchar los gritos de "cavallets, cavallets", un deseo cumplido que puso las emociones a flor de piel a más de uno en este Sant Agustí tan tranquilo y raro.

De hecho, el primer edil agradeció que "el Cosso haya participado de una manera ejemplar. Les agradezco que hayan acompañado a los Cavallets porque demuestra su respeto y aprecio hacia estas figuras. Ha sido un gran detalle. Hemos vivido una fiesta muy reducida y extraña pero ha salido bien", celebró Jaume Monserrat.