Una población con una altura media de 1,68 metros y que sufría una elevada mortalidad. Pasar de los 40 años estaba al alcance de unos pocos privilegiados. Éstas son algunas de las conclusiones a las que ha llegado la última excavación en el yacimiento de la antigüedad tardía de Son Peretó, en Manacor.

La campaña de 2020, que forma parte de un proyecto quinquenal impulsado por el Ayuntamiento, ha profundizado en cómo era la población que vivió y enterró a sus muertos en los alrededores de una gran basílica que se utilizó entre los siglos V y VIII después de Cristogran basílica que se utilizó entre los siglos V y VIII después de Cristo.

Ayer, de la mano del director del proyecto, Mateu Riera, y de su equipo, se presentaron los detalles de los hallazgos, en un acto en el que la regidora de Patrimonio de Manacor, Núria Hinojosa, destacó la importancia de "conservar el patrimonio".

Tras el análisis de los restos humanos encontrados durante este proyecto quinquenal, los arqueólogos han podido determinar la esperanza de vida media de aquellas poblaciones antiguas. Así, para las mujeres, ésta se situaba en unos 25 años. Para los hombres, era de 35 años.

Riera destacó la importancia de Son Peretó, ya que, dijo, ayuda a arrojar luz "sobre cómo se vivía y cómo evolucionaban los rituales funerarios". Asimismo, aventuró que es probable que en el entorno de la basílica se encuentre un asentamiento de tamaño muy considerable".