El próximo lunes, la comunidad de monjas de la Caridad de Sineu abandonará Sineu después de un periodo de 149 años de servicio al pueblo. Mucha ha sido la labor que durante generaciones esta congregación religiosa ha llevado a cabo en el municipio del Pla al servicio de los enfermos y en el cuidado sencillo y delicado de las distintas tareas parroquiales: la catequesis, la limpieza parroquial e incluso la participación en el coro de la parroquia. También cabe destacar su gran tarea profesional en la educación. Durante años, muchas generaciones de jóvenes ´sineuers´ han aprendido las primeras nociones de leer y escribir y a hacer los primeros cálculos gracias a las monjas.

Sor Francisca Planas y Sor Juana Tudela, las últimas dos monjas que residen hasta el lunes en el convento de Sineu, y que han sido destinadas ambas a la comunidad de religiosas del pueblo de Binissalem, confiesan que a pesar de la tristeza que sienten en dejar el pueblo de Sineu, se marchan "muy agradecidas" por la acogida que durante estos 149 años han recibido del pueblo hacia ellas y a la congregación de las Hermanas de la Caridad.

Ellas han definido el pueblo de Sineu como un pueblo "solidario" y confiesan que siempre se han sentido "muy queridas y ayudadas por los ´sineuers´". Por ello, quieren aprovechar sus últimos días en el municipio para expresar su "inmensa gratitud" al pueblo por todo lo que ha hecho por ellas.

Entre otros motivos de tristeza que sienten ambas hermanas por su partida también cabe destacar la buena relación que han mantenido durante estos años con las hermanas religiosas concepcionistas. Tanto Sor Francisca como Sor Juana confiesan que les da mucha "pena" irse y dejar solas a las hemanas concepcionistas porque para ellas "eran parte de la familia" y viceversa.

Durante estos años, las religiosas de la Caridad han ayudado a la otra congregación en todo lo que han podido, ya que actualmente la congregación de Hermanas Concepcionistas está integrada por sólo cuatro monjas de edad avanzada.

Las monjas de la Caridad han prestado un servicio sencillo y silencioso y han marcado una gran parte de la historia de las vidas de muchos ´sineuers´ que durante generaciones han tenido cuidado de ellas. El pueblo de Sineu siempre estará en deuda y a la vez agradecido por la gran labor que han desempeñado.