El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, presidió ayer en la Seu la tradicional Misa Crismal, una de las manifestaciones litúrgicas más importantes del calendario, cuando se consagra el santo crisma, se bendicen los óleos y se escenifica ante los fieles la unión del obispo y sus presbíteros. Taltavull citó el testimonio de un periodista «enamorado del Evangelio» a quien la lectura del Nuevo Testamento «ha transformado profundamente su vida», pidió «crear armonía entre todos» como reclama el papa Francisco y lamentó que algunos «no participen en lo que es bueno para todos».