Arranca la temporada del turismo de cruceros que se desarrolla entre abril y mediados de noviembre en el segundo año desde que entró en vigor el acuerdo entre el Govern y las navieras por el que se limitan —o se reordenan, como matizan los consignatarios— la llegadas de buques a una ciudad que quiere huir de la masificación. Este mes de abril están previstas cuarenta y tres escalas en el puerto de Palma, una menos respecto a mismo periodo del año pasado. A lo largo de todo el ejercicio, rondarán unas 500, cifra similar a de 2022.
A fecha de ayer, serán siete los días en los que van a coincidir tres barcos atracados en el puerto, tal como dicta el memorándum de intenciones que echó a a andar en Hamburgo en diciembre de 2021 y se selló en Palma en mayo del año pasado. Tan solo el día 27 de abril coincidirán cuatro cruceros, sin que eso pueda interpretarse como un quebranto de lo acordado. Lo que primó fue el tamaño de los buques, hecho que no convenció, tampoco el número de buques, a las voces críticas con el turismo de cruceros.
Los barcos que llegarán el 27 de abril —si se mantiene a lo largo del mes la previsión de tráfico que mostraba ayer la Autoridad Portuaria de Balears (APB)—, en el caso de que vengan llenos, sumarán poco más de 3.000 cruceristas. Y no hay que olvidar que lo acordado hasta 2026 por el Ejecutivo de Francina Armengol y las principales navieras, representadas a través de CLIA (Asociación Internacional de Líneas de Cruceros, por sus siglas en inglés), fue que solo podrán coincidir tres cruceros al día, y de ellos solo uno podrá ser un megacrucero con más de 5.000 pasajeros.
Los buques programados para el 27 de abril son el Mein Schiff 4,de TUI Cruises (naviera del grupo aleman y Royal Caribbean), con capacidad para 2.506 pasajeros; Club Med 2 (386), Sea Cloud Spirit (136) y Sea Cloud II (96)
«Este año están previstas alrededor de 500 escalas» en Palma, «más o menos las mismas que en 2022; van subiendo a veces y otras hay cancelaciones», explica Beatriz Orejudo, presidenta de los Consignatarios y Provisionistas de Buques, de la Asociación Patronal de Empresarios y de Actividades Marítimas de Balears (Apeam), los representantes de los armadores que se encargan de sus asuntos administrativos relacionados con la carga y el pasaje. De cara a 2024, se prevén prácticamente las mismas escalas. «Lo que se va viendo es acoplar las solicitudes» de las navieras al acuerdo, «que no es una limitación, sino una reorganización mejor para todos para que no coincidan más de tres cruceros en el puerto».
El volumen de cruceristas ha caído casi en un millón respecto a los que recibió Ciutat en 2019
El año pasado hubo 504 escalas, con 1,3 millones de cruceristas. El volumen de pasajeros ha caído considerablemente respecto a la prepandemia; en 2019 arribaron 563 cruceros, con 2,2 millones de pasajeros. Son 900.00 turistas menos los que desembarcaron en Palma la temporada 2022.
La crisis de la covid pegó muy fuerte al sector. En 2020 las escalas se redujeron a 39, con menos de 157.000 pasajeros, y el año siguiente subieron a 175 cruceros y poco más de 300.000 cruceristas.
Obras del paseo Marítimo
«Todavía se está recuperando», dice Orejudo. Los buques continúan sin llenarse. Depende de cada compañía, oscila entre un 60-70 u 80% de su capacidad. «Dada la situación de la pandemia», siguen manteniéndola a la baja. «Son los primeros interesados en que no haya contratiempos».
"La APB dice que no habrá retrasos para llegar a tiempo al puerto, ya vemos congestión"
Lo que tiene «muy preocupado» a las navieras y los consignatarios son las obras del paseo Marítimo. «La APB dice que no habrá retrasos para llegar a tiempo al puerto, pero ya vemos congestión y no ha empezado la temporada. En mayo», uno de los meses fuertes para los cruceros, «lo veremos».
