El ‘fichaje’ se gestó en junio del año pasado, en unas jornadas sobre proyectos de mejora y transformación de los centros que organizó la conselleria de Educación en la UIB. Allá, representantes del IES Quartó del Rei, de Santa Eulària del Riu, en Ibiza, se fijaron en la exposición que hizo un grupo de alumnos mediadores del colegio-instituto (CEIPIESO) Gabriel Vallseca, del barrio Son Gotleu de Palma. A los ‘eivissencs’ les llamó la atención cómo los chavales de este centro (cuyo alumnado es mayoritariamente de perfil muy vulnerable) habían aprendido a trabajar para mejorar la convivencia, gestionar conflictos y en general lograr un buen ambiente.

Alumnos trabajando en círculos de convivencia G.V.

Tras dos visitas más a Mallorca, llegó la propuesta: el instituto de Ibiza invitó a los alumnos mediadores de ESO del Gabriel Vallseca para que viajaran y les enseñaran a sus estudiantes cómo y por qué realizan las mediaciones, las prácticas restaurativas y las sesiones de ‘mindfulness’, los tres pilares del programa de convivencia y educación emocional que el centro palmesano aplica desde hace más de una década, como trabajo imprescindible para poder sacar adelante la labor pedagógica.

"En los alumnos recae la responsabilidad del bienestar de sus comañeros"

«Hoy en día, nuestro objetivo clave es empoderar a los alumnos para que sean capaces de gestionar la convivencia sin necesidad de arbitraje por parte del profesorado; en ellos recae la responsabilidad del bienestar de cada uno de los compañeros y del clima del centro, así como la tarea de la formación entre iguales y la difusión de estas prácticas», explica la directora del CEIPIESO, Asun Gallardo, que no podía concebir que sus estudiantes se quedaran sin poder ir a Ibiza por falta de medios económicos y logró que La Caixa asumiera el coste del alojamiento (los billetes los pagó el IES Quartó del Rei).

Los alumnos palmesanos hicieron exposiciones sobre el proyecto de su colegio G.V.

Así, la semana pasada los 16 alumnos mediadores del Vallseca de 1º de ESO (en Primaria hay 32, y 23 más que han mostrado su interés en serlo) pasaron dos días en la isla vecina, formando a 50 estudiantes de 1º a 4º de ESO explicando la estructura del proyecto de convivencia de su centro y sobre todo el papel clave de los alumnos.

Este experiencia ha resultado «muy satisfactoria» para todos, asegura Gallardo, que destaca que esta formación entre iguales es la mejor prueba de cómo los programas de competencia social, educación emocional y convivencia «moldean al alumnado» y los convierten «en personas capaces de gestionar sus relaciones y el clima del centro».