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El chalé que albergó al restaurante Samantha’s se reconvierte en vivienda

Modelo de Ciudad concedió a finales del año pasado la licencia para la ejecución de las obras de remodelación de este caserón regionalista de la Bonanova, que está incluido en el catálogo municipal de elementos arquitectónicos a proteger

Fachada principal del antiguo Samantha's DM

El antiguo chalé de La Bonanova que albergó hasta principios del presente siglo el célebre restaurante Samantha’s y que fue considerado en su momento como uno de los mejores de Mallorca, será reconvertido nuevamente en vivienda.

Los actuales propietarios han solicitado la licencia de obras para la ejecución de estos trabajos que incluirán también el cambio de uso para que la edificación vuelva a ser residencia. Modelo de Ciudad concedió la licencia en octubre del año pasado y, tal como se especifica en el cartel que obligatoriamente se debe colgar en cualquier obra, se preveía que los trabajos se iniciaran el pasado mes de febrero para concluir en marzo del próximo año.

Esta edificación está emplazada en un solar situado en la confluencia de las calles de Francesc Vidal i Sureda y Saridakis. Se encuentra rodeada por algunos bloques de pisos, viviendas unifamiliares aisladas, el Convent de la Bonanova y una extensa zona de suelo rústico, que antes pertenecía al predío de Son Vich.

Dadas sus características, el edificio está incluido como elemento a proteger en el catálogo municipal con el grado de protección B que, entre otras cosas, obliga a mantener el volumen actual, aunque se permiten cambios siempre que sean para restituir el original. De hecho, en la ficha del catálogo se indica que «convendría eliminar» el volumen añadido por un cuerpo cerrado con estructura de vidrio y aluminio. Las obras que se pueden realizar en este inmueble por lo que se refiere a su estructura incluyen la consolidación, conservación, restauración y rehabilitación ordinaria. La fachada y las cubiertas también solo pueden ser objeto de restauración y rehabilitación, así como su consolidación.

Se trata de un edificio aislado compuesto por una planta baja y piso. Dispone de planta en forma de L y una cubierta de teja con varias vertientes.

En la parte posterior se han producido una serie de modificaciones con el tiempo por adición de cuerpos. Sus fachadas están pintadas de color ocre con esquinas y contornos de las aperturas de color blanco.

El acceso principal da a un amplio patio delantero. | DM

Según se indica en la ficha del catálogo, «destaca la composición de la fachada principal, con un pórtico central con columnas y un frontón curvo».

Las dos aperturas de la fachada conformadas por un arco de medio punto, parece que no se corresponden con el estado original del inmueble.

Su interior ha sido modificado notablemente con el fin de adaptarse al uso de restaurante que tuvo hasta bien entrada la primera década del presente siglo.

En un lateral del edificio principal destaca una construcción anexa, que en su origen posiblemente eran las dependencias del servicio.

La propiedad está cerrada por un muro con una entrada monumental con un arco de medio punto. Entre éste y la casa hay una amplia explanada asfaltada utilizada como aparcamiento.

Estilísticamente la edificación conforma un conjunto «notable», tal como se indica en la ficha del catálogo municipal, de estilo racionalista vinculado a la producción del arquitecto norte americano Middkehurst, que utiliza en las obras proyectadas en la isla un lenguaje estilístico de tipo tradicional, con referencias a la arquitectura popular ibicenca y la de tipo californiano.

Pese a que la propiedad lleva varios años cerrada y que se puso a la venta en 2016, se considera que su estado de conservación es bueno. No obstante, según se puso de manifiesto cuando el inmueble se puso a la venta, la casa necesita ser restaurada debido al estado de abandono en la que ha estado durante años, lo que ha provocado que algunas de las estancias interiores se encuentren en estado ruinoso.

El restaurante Samantha’s estuvo abierto al público como mínimo desde los años 70 del siglo pasado. Se convirtió en un local de cocina clásica de renombre. En los años 90 alcanzó su época dorada. En el establecimiento se reunían cada noche personas de la alta sociedad mallorquina. También era habitual que se realizaran cenas benéficas y actos sociales. Contaba entre sus clientes con la familia real.

A partir de 2000 comenzó su decadencia hasta su cierre definitivo unos años más tarde.

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