El emblemático hostal Corona ha vuelto al mercado. Los inversores suecos que lo adquirieron a finales de 2021 para relanzarlo como hotel y restaurante han abandonado el proyecto por un problema familiar, por lo que el inmueble, una villa de principios del siglo XX obra del arquitecto mallorquín Gaspar Bennàzar, ha vuelto a manos de sus propietarios originales.
«Lo hemos vuelto a poner a la venta porque estamos cansados después de 37 años trabajando aquí. Hace falta gente joven que quiera sacarlo adelante y sepa preservar la magia de este sitio, que es un icono del barrio de El Terreno», subrayó ayer Cristóbal Navarro, copropietario del Corona junto con su hermano desde que lo heredar de sus padres en 1987.
Hace dos años cuatro socios suecos adquirieron el hostal firmando un alquiler con opción a compra. El establecimiento había cerrado por la pandemia y en ese momento la familia Navarro decidió ponerlo a la venta por cinco millones de euros.
Edificio protegido
Los inversores suecos llegaron a hacer una reforma de calado —salvo en la icónica fachada, intocable al ser un inmueble protegido— y abrieron el restaurante y la espaciosa terraza interior. Pero un problema personal les ha obligado a renunciar a completar la compra.
El Corona ha vuelto a salir a la venta por cinco millones de euros —«tú pon seis millones, a ver si alguien los pone», bromeó Navarro—. «Ya nos han llegado tres o cuatro ofertas de inversores, alguno en concreto especialmente interesado», señaló enigmático el propietario. Quiso mantener el anonimato de los posibles compradores, pero advirtió que no todos son extranjeros.
El hostal Corona es uno de los tesoros arquitectónicos que ocultan las estrechas y empinadas calles de El Terreno. Un caramelo muy apetitoso para bolsillos pudientes que, desde hace tiempo, han puesto el foco sobre un barrio objeto de una renovación urbanística. «Esto es la nueva milla de oro de Palma», señaló Navarro acerca de un barrio en el que las inmobiliarias venden rápidamente villas singulares de principios de siglo XX a precios millonarios, casi siempre a compradores europeos.
El copropietario del Corona expresó su deseo de que el establecimiento tenga una segunda vida digna de su trayectoria, y no escondió su malestar por algunas de las reformas que llevaron a cabo los antiguos propietarios suecos.
«Pusieron una alfombra roja en el patio, y una especie de duendes. Dentro pintaron las habitaciones de azul oscuro, rompieron el encanto del Corona y se olvidaron de la clientela de Palma. Este nunca ha sido un sitio solo para turistas», explicó el propietario.
Trabajos de reforma
Además de explotar la docena de habitaciones que componen el hostal y el restaurante, existe la posibilidad de construir un edificio de dos alturas y un aparcamiento subterráneo donde actualmente hay un parking en superficie.
Mientras los compradores interesados hacen números, la familia Navarro se afana en hacer una pequeña reforma para devolver al Corona el aspecto que tenía antes de que la propiedad sueca le diera su toque particular. «¿Vuelve a abrir?», preguntó a Navarro una residente extranjera en el El Terreno mientras se asomaba a la entrada. «Este sitio es muy importante para el barrio», añadió. «Volverá pronto», respondió el propietario.
Al calor de la reforma integral de la plaza Gomila, el barrio es una de las zonas de Palma donde mayor inversión inmobiliaria se está realizando por parte de empresas privadas. En los últimos años, inversores mayoritariamente extranjeros están comprando edificios que permanecían cerrados y abandonados para impulsar nuevas viviendas y locales de lujo.
