Vecinos del barrio de Son Armandans, en Palma, han recogido más de 350 firmas desde el fin de semana contra la proliferación de locales de masajes orientales en el barrio, un total de ocho en solo quinientos metros si se suman los cinco que se concentran en ambos costados de la calle Monsenyor Palmer y los tres de la calle Marquès de la Sènia, el de más reciente apertura en el número 13 de esta vía, justo detrás de la parada de autobús de la EMT que tantos ciudadanos concentra a todas horas.

Los vecinos, que han puesto en marcha la recogida de firmas en la plataforma change.org bajo el título "Son Armadans no quiere convertirse en el barrio rojo de Palma", consideran que estos locales de "prostitución encubierta" degradan la barriada y piden al Ayuntamiento de Palma que intervenga para que no se concentren tantas licencias en tan poco espacio.

En otros mensajes, los firmantes ponen el acento en las condiciones en las que viven las mujeres que trabajan en estos negocios, cuyos horarios se extienden desde las nueva de la mañana hasta las once y media de la noche y en algunos casos hasta la madruga. Pero la mayoría de ellos subrayan la degradación que el proceso de concentración de este tipo de locales supone para el barrio.

Otros residentes en la zona se preguntan cómo es posible que hoy en día la administración permita poner en marcha un tipo de negocio tan indigno para las mujeres y que su proliferación invada todo un barrio.

Nuevo local de masajes orientales abierto en la calle Marquès de la Sènia Miguel Vicens

"Hemos denunciado el problema al Ayuntamiento de Palma en infinidad de ocasiones"

"Este tipo de locales de masajes orientales se están multiplicando en Son Armadans de forma preocupante", lamentó la presidenta de la asociación de vecinos, Catalina Llompart el pasado jueves a Diario de Mallorca, a la vez que constató que "no son negocios que produzcan incidentes en el barrio", aunque afirmó que su proliferación se contempla por el vecindario "con mucha inquietud, porque están abiertos todo el día, en algunos las empleadas viven en el mismo local y sobre todo porque cambian el ambiente del barrio no solo por la noche, sino desde primera hora de la mañana", relata.

"Hemos denunciado al Ayuntamiento de Palma en repetidas ocasiones esta proliferación de locales de masajes orientales", manifiestó Llompart"Pero en Son Armadans el Ayuntamiento no está ni se le espera, no atiende sistemáticamente nuestros problemas. Y cada vez que cierra un local nos tememos que abra otro negocio de masajes", comentó. "Deben de ser muy rentables para los propietarios que los alquilan", consideró.

El recorrido no terminada en Marquès de la Sènia. continúa en la vecina calle Fra Juníper Serra, con un club que acaba de reabrir sus puertas. Y se prolonga hasta la puerta del barrio del Terreno con otro local de masajes situado frente a la gasolinera de la plaza pintor Francesc Rosselló, e improvisado en un local que antes fue un souvenir, hasta el punto de que ahora los amplios escaparates han sido cubiertos con cortinas para preservar la privacidad de su nueva actividad.