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Un juez paraliza por primera vez en Mallorca unas obras por el ruido que sufren los vecinos

Dos propietarios de Son Vida demandaron al ayuntamiento de Palma por no controlar el nivel acústico de la construcción de dos viviendas de lujo - Las casas afectadas han llegado a sufrir niveles acústicos que alcanzan los 90 decibelios

Las dos viviendas que han ocasionados tantas molestias están a medio levantar. J.F.M.

Un juez de Palma ha ordenado, por primera vez, la paralización inmediata de las obras que se están realizando en Son Vida, consistentes en la construcción de dos viviendas de lujo, no porque se esté incumpliendo la licencia, sino por el exceso de ruido que generan los trabajos y las molestias que están ocasionando a los vecinos. Esta decisión judicial es la respuesta a la demanda que presentaron dos empresarios germanos, que residen en la urbanización de Son Vida, contra el Ajuntament de Palma por no paralizar las obras de forma inmediata, al quedar demostrado que el ruido que generaba la construcción superaba con creces los niveles máximos que permiten las normas municipales. Los residentes no cuestionaron nunca que la licencia que permitía esta construcción no fuera legal, sino lo que denunciaban es que el nivel de ruido era tan intenso, que hacía imposible mantener una vida mínimamente normal.

Esta decisión del juez, que todavía no es firme y de hecho ayer todavía no se había ejecutado, se adopta en contra del criterio del Ajuntament de Palma. Los residentes afectados acudieron a Cort y lo hicieron entregando un informe técnico, realizado por un perito particular, que reflejaba el nivel de ruido casi inaguantable que generaba esta obra. Un ruido que empezaba a las ocho de la mañana y que se prolongaba hasta bien entrada la tarde. Esta certificación no era únicamente de un día, sino que el perito visitó en diez ocasiones la zona y siempre constató el mismo nivel acústico.

El Ajuntament ordenó a la Policía Local de Palma que realizara cuatro visitas y que lo hiciera en días diferentes. La conclusión del informe policial fue que las obras se realizaban en horario permitido, con una maquinaria adecuada.

Las obras seguían ayer activas, pese a la orden judicial. | J.F.M.

El juez de Palma ha interpretado que esta situación que obliga a los vecinos de Son Vida a aguantar estos niveles acústicos tan altos lo que hace es vulnerar los derechos fundamentales de estas familias. Se vulnera el derecho a la inviolabilidad del domicilio, dado que el ruido es tan alto que penetra en las viviendas. Tampoco se respeta el derecho a la intimidad personal y familiar, así como a la integridad física y moral de los dos propietarios que han venido sufriendo esta situación perturbadora. Estos dos vecinos no han solicitado ninguna indemnización económica por las molestias sufridas, sino lo que piden es que se paralicen las obras hasta que los promotores presenten al Ajuntament, y se apruebe, un estudio acústico que respete las ordenanzas municipales sobre los niveles de ruido. También exigen que se obligue al constructor a que cumpla con las limitaciones horarias que establece la licencia.

A pesar de que el Ajuntament puso en duda el valor del informe técnico encargado por los afectados, el juez considera que se trata de un estudio válido. De hecho, el juez cuestiona que el Ajuntamente ni siquiera haya realizado una sonometría en el domicilio de los denunciantes, representados por el abogado Gabriel Fiol Salvá, para comprobar el nivel de ruido que han venido soportando durante meses. Por ello, el magistrado rechaza los informes que realizó la Policía Local, que no encontró ninguna irregularidad en los trabajos de construcción. En cambio, el perito comprobó que, en ocasiones, el nivel de ruido superaba los 90 decibelios en el entorno de las casas.

El magistrado no tiene ninguna duda de que la situación que han venido padeciendo estos dos propietarios de Son Vida durante meses es insufrible, hasta el extremo de que ha ocasionado problemas de salud al no poder soportar un elevado nivel de ruido, dentro de su propio domicilio, durante casi todo el día. Por ello, el juez acepta la propuesta que plantean, que supone la paralización de las obras, que no se podrán reanudar hasta que se presente un estudio acústico.

Cabe recordar que el exfutbolista Mcmanaman vendió su casa de Son Vida al quejarse del alto nivel de ruido de las obras.

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