Parece traído del futuro, pero es real y empezará a circular por Palma a partir de la semana que viene. El primer autobús eléctrico de la ciudad mide 12 metros, tiene capacidad para más de 70 personas, una autonomía de entre 16 y 18 horas y un tiempo de recarga, que se realizará en las cocheras de la EMT, de entre cuatro y seis horas.
El flamante vehículo se lució ayer en la plaza Joan Carles I ante la mirada de varios curiosos que se acercaron a mirar. Rompe con la estética tradicional del vehículo que todos tienen en mente, y cuando se mueve casi parece que levita sobre la carretera. Una comitiva política encabezada por la presidenta del Govern, Francina Armengol, y el alcalde de Palma, José Hila, fueron los primeros en probarlo con una breve ruta por el centro de Palma. Les acompañó el conseller de Transición Energética, Juan Pedro Yllanes, y el regidor de Movilidad Sostenible de Cort, Francesc Dalmau.
Todos ellos escuchaban sonrientes las curiosidades que les desgranaba Iñigo Azcona, el director comercial de Irizar eMobility, sobre el autobús: tiene incorporada tecnologías puntera, una zona para sillas de ruedas, tres puertas y es made in Spain, en concreto en una fábrica en San Sebastián. Entre sus características más llamativas están los retrovisores, que en lugar de funcionar con espejos van con cámaras (el conductor ve la parte trasera a través de una pantalla), o el futurista diseño interior con asientos traslúcidos y el suelo de madera. Como no podía ser de otra manera, está equipado con conectores USB por si algún usuario va falto de batería en el móvil, aunque la verdadera ventaja es que es cien por cien eléctrico, cero emisiones y tiene placas solares en el techo para alimentar los sistemas auxiliares del autobús.
En realidad, sus cifras de potencia y capacidad son muy parecidas a las de cualquier autobús convencional. La novedad es que es de los primeros que pueden equipararse a los tradicionales en cuanto a la idoneidad del transporte colectivo, y que con una sola carga puede llegar a circular todo el día y cubrir dos o tres turnos de conductores.
El prototipo empezará a experimentar a partir de la semana que viene en distintas líneas y recorridos de la EMT. Según las autoridades municipales, está en fase de pruebas y hay que comprobar cómo se adapta a la orografía de la ciudad, como desniveles o giros muy cerrados. En principio viajará en líneas con poca densidad de pasajeros y no en las horas puntas, con la idea de reservar estos recorridos a los autobuses convencionales más grandes, los de 18 metros. Este periodo, explicaron ayer, servirá de experiencia para adaptar mejor los 12 autobuses eléctricos iguales que está previsto que lleguen a Palma para integrarse en la EMT entre abril y junio.
Estos nuevos autobuses eléctricos se han financiado con un presupuesto de 7,8 millones de euros procedentes de Capitalidad, fondos Next Generation y financiación propia. El pedido se enmarca en la segunda fase de la renovación de la flota de la EMT de Palma, que se inició a finales de enero, y que supone renovar un total de 59 autobuses por vehículos con energías limpias, lo que permitirá dejar de emitir 8.000 toneladas de dióxido de carbono.
