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Emaya recoge un 58% más de trastos desde que se depositan en la calle

La empresa mantiene la recogida domiciliaria para personas mayores

Operarios del servicio de trastos de Emaya suben al camión de recogida varios muebles depositados junto al portal. DM

La Empresa Municipal d’Aigües i Clavegueram recoge un 58% más de trastos que los vecinos dejan cerca de sus domicilios el día establecido por la empresa municipal en función de cada barriada que cuando, hasta 2015, el servicio se prestaba en los domicilios.

En los últimos años, además, este nuevo sistema, tras un importante incremento de toneladas recogidas en los primeros años en relación a cuando se hacía con el anterior sistema se ha «estabilizado» en palabras del teniente de alcalde de Medio Ambiente y presidente de Emaya, Ramon Perpinyà, ya que el número de toneladas de voluminosos recogidas a lo largo del año pasado bajó en un 5,4% en relación al año precedente. Si se compara las 7.126 toneladas recogidas en 2022 con 2019, la disminución es aún más acusada puesto que fue del 13%.

Cuando en 2015 el servicio de recogida de trastos aún era domiciliario, lo que suponía que el ciudadano que quería desprenderse de algún objeto voluminoso debía llamar a Emaya para concertar día y hora para que los operarios se desplazaran en jornada laboral a su domicilio para llevarse el objeto o los objetos que quería desprenderse, se recogieron un total de 4.264,499 toneladas, aunque, de esta cantidad, tan solo 1.492,575 toneladas se reunieron mediante el servicio domiciliario programado, lo que representa un 35% del total.

El resto de los trastos recogidos, hasta alcanzar la cifra de 2.771,924 toneladas (un 65% del total) fueron depositados por los vecinos en la calle, una situación que en aquel momento no estaba permitida por la normativa, por lo que se puede afirmar que el grado de «incivismo» practicado en relación a este servicio era generalizado y se podía cuantificar en un 65%.

Una actuación incorrecta que aún perdura. | DM

Con el cambio de sistema, que entró en funcionamiento el 1 de diciembre de 2015, según el cual los trastos deben depositarse en la entrada del domicilio el día determinado en función de cada barriada entre las 20.00 y las 22.00 horas, la situación cambió radicalmente desde el primer año.

Así, en 2016 se recogieron un total de 5.219,812 toneladas frente a las 4.264,499 del año precedente, 3.744,783 de ellas (un 71,4%) el día programado. El 28% restante de voluminosos, 1.474,08 toneladas siguieron depositándose en la calle en un día u hora no asignado para la barriada en la que se encuentra el domicilio o en sitios no autorizados como junto a los contenedores de basura. Es decir, el «grado de incivismo» había experimentado un vuelco pasando del 65% con el sistema domiciliario al 28,6% con el nuevo sistema.

En los siguientes años el número de toneladas recogidas ha ido en aumento, pasando de las 7.471,029 en 2017, las 7.491,529 en 2018, las 7.834,365 de 2020, 7.532,489 en 2021 y las 7.125,965 del año pasado. En todo este tiempo, no obstante, los porcentajes de «incivismo» se han mantenido prácticamente sin apenas variaciones oscilando entre el 21,24% de 2017 y el 24,46 del año pasado.

Los electrodomésticos no entran

Desde la empresa municipal se recuerda que, en ningún caso, los voluminosos se deben depositar junto a los contenedores de recogida de basuras, circunstancia que aún es habitual en especial en determinadas barriadas. Este hecho constituye el factor más importante del grado «de incivismo» que no baja del 20%.

También se recuerda que el servicio recoge muebles, somieres, colchones, puertas, persianas y maderas diversas, bicicletas, coches de niños, juguetes no electrónicos y vidrios anchos de mesas o puertas si se depositan protegidos o embalados.

En cambio no se recogen los electrodomésticos o cualquier otro aparato eléctrico; escombros, sanitarios y otros residuos procedentes de obras domésticas, residuos especiales como fluorescentes, botes de pintura o baterías, ni papel y cartón, envases y restos de poda. Igualmente, se recuerda que los electrodomésticos deben ser recogidos por los comercios que sirvan los aparatos nuevos. Los ciudadanos pueden llevarlos también, como los residuos especiales, a los puntos verdes.

El presidente de Emaya, Ramon Perpinyà, recordó una vez más que los muebles y otros objetos en buen estado pueden ser útiles para otras personas, por lo que recomendó que antes de desprenderse de ellos contactar con alguna ONG que los recoja, como la Fundacioó Deixalles, REMAR y Can Gazà o ofrecerlos a amigos, familiares, parroquias o vecinos que los necesiten.

Para las personas mayores de 65 años que lo necesiten y las que tengan alguna limitación física, si no tienen a nadie que pueda ayudarles Emaya mantiene un servicio restringido de recogida domiciliaria.

Si bien el incumplimiento de las condiciones del servicio como dejar los trastos en la calle en un día u hora que no toca está sancionado por la ordenanza municipal con una multa de 300 euros, su imposición a ciudadanos es prácticamente nula.

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