Un ciudadano de Palma ha interpuesto una denuncia contra el centro de Bienestar Animal de Son Reus por, presuntamente, mutilar a las palomas de forma violenta para dárselas de comer vivas a un ave rapaz con problemas de visión.

En concreto, el denunciante, José Ángel Berrio, señala en su escrito que un trabajador del centro «recoge palomas de la plaza de España y de la plaza Madrid y las almacena en una jaula» para, posteriormente, «romperles las alas y cortarles la cola para que no puedan escapar» y tirarlas vivas a la jaula. Ha puesto a disposición del juzgado de instrucción número 5 de Palma, que ya está investigando los hechos, un vídeo en el que se puede ver al ave rapaz devorando a la presa.

Berrio advierte en su denuncia que este «acto dantesco» de «tortura» ocurre desde hace años y lo ven todos los visitantes de Son Reus, también niños, y se pregunta si la perrera municipal es el sitio adecuado para este animal. De hecho, el ciudadano ya le expuso estos hechos al alcalde de Palma y le pidió que tomara cartas en el asunto en un pleno municipal a finales de diciembre: «Es vergonzoso que el ayuntamiento de Palma consienta estas prácticas», sentenció ante el equipo de gobierno y los partidos de la oposición.

Sin embargo, ante la «inacción» de Cort, Berrio registró una denuncia el pasado 13 de enero en la que pide al juez que investigue estas prácticas por si constituyen un delito. Según explica, está refrendado por varias voluntarias habituales del centro municipal que aseguran haber visto estas prácticas con sus propios ojos, si bien prefieren permanecer en el anonimato y no sumarse a la denuncia «por miedo a las represalias». Aun así, afirman a este diario haber presenciado cómo el trabajador de Son Reus disecciona a las palomas «como si fueran recortables» y las deja «hechas un muñón» para que el ave rapaz en cuestión, que supuestamente tiene problemas de visión, pueda comérselas.

Con todo, el denunciante acusa «malas prácticas» por parte de Son Reus «todos los días», desde la «escasa atención veterinaria» hasta las «complicaciones» para que los voluntarios puedan llevar a cabo su labor, sin embargo, «esta ha sido la gota que ha colmado el vaso».

Un buitre, un águila y un halcón

Fuentes del ayuntamiento de Palma consultadas por este diario han negado tajantemente que los veterinarios o trabajadores mutilen a las palomas. Según estas mismas fuentes, en Son Reus viven tres aves rapaces: un buitre, un águila calzada y un halcón. Solamente a este último, que según afirman no tiene ningún problema de visión, se le da de comer palomas vivas, puesto que se le intenta mantener en unas condiciones similares a las de la naturaleza, pero en ningún caso se mutilan ni pasan por ningún proceso similar, asegura el área de Bienestar Animal.

El ave que tiene problemas de visión en un ojo es el águila calzada, pero a esta se le ofrecen palomas muertas, explican desde el Consistorio palmesano. En este caso, el proceso es sacrificarlas con el método que les provoque el menor sufrimiento posible con procedimientos garantizados por los profesionales, tal y como se hace con el resto de animales cuando es necesario eutanasiarlos, subrayan estas fuentes.

Son una plaga en Palma

En cualquier caso, el área de Bienestar Animal recuerda que en Palma se hacen controles de población de palomas en colaboración con la concejalía de Sanidad, puesto que están consideradas como una plaga por provocar problemas de suciedad, molestias a los ciudadanos y degradación del patrimonio, entre otros. Como se recordará, el pienso esterilizante ha conseguido reducir la población en un 60% en dos años.

Igualmente, aunque la prioridad es la esterilización, el área asegura que por el momento es inevitable hacer controles de la población y capturas. De este modo, una pequeña parte de los ejemplares se aprovechan para alimentar a las aves rapaces que aloja el centro municipal de Son Reus.