En noviembre del año pasado se incorporó al control de la población de palomas urbanas un nuevo elemento que, en Palma, no se había utilizado nunca, por lo que en estos momentos está aún en período de prueba. Se trata del primer palomar ecológico con el que se pretende un control ético de la población consistente en la retirada de los huevos con el fin de evitar la proliferación de estas aves.
Este palomar se ha instalado en el bosque urbano de la Ribera, zona en la que, pese a estar situada cerca de un parque infantil, también se prohibe dar de comer a las aves.
El control de la población mediante la dispensación de pienso anticonceptivo se implantó hace dos años en once puntos de la ciudad. En concreto se instalaron un total de once dispensadores de este pienso en terrazas de equipamientos públicos, como las del mercado municipal del Olivar.
Con el fin de evitar que el pienso sea consumido por otras aves, la sustancia química que impide la eclosión de los huevos se impregna en granos de maíz más grandes de lo habitual. También se han instalado videocámaras en cada uno de los dispensadores.
El plan integral también utiliza halcones en el bosque de Bellver, jaulas trampa y la caza de ejemplares mediante la utilización de redes en los casos en los que se necesita disminuir rápidamente la población. También se combate a los denominados alimentadores con información y sanciones cuya cuantía oscila entre los 100 y 300 euros.
